09 mayo 2018

Mas el fruto del Espíritu es fe… (Gálatas 5.22)


¿Qué es la fe?
Es tener la plena seguridad de recibir aquello que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. (Hebreos 11.1)
Creo que no hay una descripción más exacta de la fe, que la que el escritor de hebreos nos hace recordándonos ejemplos de fe de los días pasados (Hebreos 11). 


Señala que, en la época del Antiguo Testamento, hubo muchos hombres y mujeres que no tenían nada más que las promesas de Dios sobre las cuales descansar, sin ninguna evidencia visible de que estas promesas tuvieran cumplimiento alguna vez; sin embargo, estas promesas significaban tanto para ellos que regularon el curso entero de sus vidas a la luz de ellas. Las promesas estaban relacionadas con un estado de cosas perteneciente al futuro; pero esta gente actuó como si ese estado de cosas ya estuviera presente, porque estaban muy convencidos de que Dios podía y quería cumplir lo que había prometido. En otras palabras: ellos fueron hombres y mujeres de fe.

Su fe consistió simplemente en confiar en la palabra de Dios y dirigir sus vidas de acuerdo con ella; por lo tanto, las cosas futuras en cuanto a su propia experiencia, eran presentes para la fe, y cosas que no se veían externamente eran visibles para los ojos interiores.
La fe bíblica verdadera no es una clase emocional de anhelos ensoñadores; es una convicción interna basada en la Palabra de Dios, Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Ro 10.17). Así, cuando el Espíritu Santo nos da fe por medio de la Palabra, la misma presencia de esa fe en nuestros corazones es toda la seguridad y evidencia que necesitamos.

Por medio de la fe podemos ver lo que otros no pueden ver (Hebreos 11. 3, 7,13 y 27). Cuando hay verdadera fe en el corazón, Dios da testimonio a ese corazón por su Espíritu (Hebreos 11. 2, 4, 5 y 39).

Por fe Noé vio el juicio que venía, (Hebreos 11.7). Abraham vio una ciudad futura, (Hebreos 11.8-10). José vio el éxodo de Egipto, (Hebreos 11.22),  y Moisés vio a Dios, (Hebreos 11.27). La fe consigue cosas debido a que hay poder en la Palabra de Dios, como se ilustra por la creación, conforme a Hebreos 11.3. Dios habló y fue hecho. Dios todavía nos habla hoy.

Cuando creemos lo que Él dice, el poder de la Palabra logra maravillas en nuestras vidas. La misma Palabra que actuó en la vieja creación actúa en la nueva creación.

La fe es la piedra angular del cristianismo. Creemos en la existencia de Dios por la fe. Muchas personas tienen un concepto vago, lejano de quién es Dios por falta de fe, y no llegan nunca a tener una verdadera relación con El. Dios provee tiempos de prueba y dificultad para demostrar que nuestra fe es real y para afilarla y fortalecerla. 

Por eso Santiago nos dice tener por "sumo gozo" porque la prueba de nuestra fe produce perseverancia y nos madura, aportando la evidencia de que nuestra fe es real (Santiago 1:2-4).

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