22 mayo 2009

Ve, y haz tu lo mismo


Ayer en el Hospital me preguntaron, 

¿Qué motivos tenéis para sostener tanto empeño y convicción de que lo que hacéis aquí merece la pena?

La pregunta era fácil de contestar, Jesús la contesto hace 2000 años y hoy en día también es  válida. Un intérprete de la ley preguntó algo a nuestro Señor para tentarle, Maestro ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? El amor a Dios es el primer y gran mandamiento, y el segundo  es semejante amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Jesús afirma que estos dos mandamientos son el fundamento  de todos los demás.

Por este motivo hacemos las cosas que hacemos,  porque amamos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente, y a nuestro prójimo como a nosotros mismo, y de esta forma demostramos nuestro amor, sirviendo al Señor y a nuestro prójimo.

 Según un estudio que escuche hace tiempo sobre la parábola del buen Samaritano, el hombre que descendía de Jerusalén a Jericó nos representa a nosotros,  los ladrones las fuerzas hostiles, el sacerdote la Ley, el levita los profetas, el Samaritano Cristo. Por otro lado, las heridas simbolizan nuestros pecados.

Este Samaritano “lleva nuestras  dolencias y enfermedades” (Mateo: 8.17) y sufre por nosotros. El nos lleva y nos conduce a un mesón, es decir a la Iglesia.  Después que hubo curado nuestras  heridas, el Samaritano no se marchó enseguida, se quedó todo el día en el mesón cerca del moribundo, y cuando fue a partir pago al mesonero y le dijo, cuídamele y todo lo que gaste de más yo lo pagare. Verdaderamente este guardián de las almas se muestra más cercano de los hombres que la Ley y los Profetas. El se muestra a su “prójimo” tanto en palabras y en hechos.

Pablo nos invita a imitar a Cristo, escuchando esta palabra,
“Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo” (1Corintios: 11.1), de imitar a Cristo y de tener amor de aquellos que “caen en las manos de los bandidos”, acercadnos a ellos, derramamos el vino y el aceite sobre sus heridas, después los cargamos sobre nuestra propia montura y llevamos su carga, (orando y ayunando).

También, nos exhorta, el Hijo de Dios dirigiéndose a todos nosotros,

“Ve, y haz tú lo mismo”.

 


18 mayo 2009

España ora por España

Multitud de personas nos concentramos en Madrid para orar por España. Fue una tarde de fiesta donde cristianos de diferentes comunidades, orabamos y cantabamos a Dios pidiendo lo mejor para España. 

La mano del Señor  no es corta para salvar, 
ni es sordo su oído para oír. (a España)
(Isaias  59:1)

14 mayo 2009

¿Estamos unidos?

He leído en la página de http://www.lupaprotestante.com/ un artículo escrito por Enric Capó, que me ha llamado bastante la atención. Este artículo se refiere al encuentro organizado por numerosas Iglesias Evangélicas y que apoyan organismos como la Alianza Evangélica Española, la Sociedad Bíblica y la FEREDE.

Entre muchas cosas que comenta  dice que no trata con este artículo de desautorizar a nadie a celebrar cualquier encuentro cristiano.

No quiero entrar a valorar si los que organizan este encuentro y los que vamos a asistir somos un “grupo de nuevos Evangélicos” o no tenemos derecho porque nuestras iglesias tienen un “nombre exóticos o  estrafalarios”, o aunque no nos quiere quitar el derecho a usar el nombre de protestantes no tenemos nada que ver con el protestantismo clásico.

Cuando veo a alguien que llama a Dios Padre y a Jesús Salvador de su vida, estoy ante un hermano y no me importa, ni el nombre de su iglesia ni su denominación.

Y a propósito de los nombres de la Iglesia, en el cielo no existen, en el libro de la vida no incluye el nombre de tu iglesia, ni aquel denominación perteneces, 

¿Por qué?, porque no es tu denominación la que te salva, ni  que el nombre de tu iglesia sea más bonito, ni que lleves mas años de cristianos, solo irán al cielo los que hagan la voluntad de Dios.

Imaginemos, aunque se que es mucho imaginar, sobre todo por los perjuicios que tenemos, si todas las iglesias cristianas se pusieran de acuerdo para cambiar su nombre a simplemente “Iglesia”, ¿qué pasaría si quitáramos toda referencia y denominación y solamente fuéramos cristianos?

Y cuando la gente tuviera que escoger una iglesia no lo haría por la denominación ni por el nombre, si no por el corazón de los que están dentro, y cuando la gente nos preguntase a que iglesia asistes, diríamos a una Iglesia Cristiana Evangélica.

Estoy convencido que ya no nos conocerían por los que están divididos, si no, nos conocerían por los que todos tienen un mismo Padre en común.

La Biblia no nos dice que edifiquemos la unidad, se nos dice que mantengamos  la unidad que ya existe.

08 mayo 2009

Lo que Dios me ha hablado

Nadie le ha dicho nunca “Dios me ha hablado de un asunto importantísimo”. Damos por entendido  que creemos que esta persona  no  ha escuchado a Dios hablar audiblemente si no que él cree que ha tenido una idea que contiene la firma de Dios.

Cuando alguien te habla así intentas mantener una mente abierta, pero muchas veces no compartimos el mismo entusiasmo de este hermano, y nos hacemos algunas preguntas, ¿Por qué él puede saber que Dios le ha hablado y yo no puedo?, ¿Es posible que el tenga un oído más sensible a la voz de Dios?

No es fácil tratar este tema, ninguno de nosotros queremos que nuestros esfuerzos para Cristo tenga motivaciones humanas, deseamos orar, ser espirituales, sensibles y responder a lo que Dios desea que hagamos, la Biblia dice que Dios usa a las personas para que hablen por El, y el apóstol Pablo aconsejo a los Tesalonicenses,  no apaguéis el Espíritu,  no menospreciéis las profecías. 

Sin embargo el mal uso de un lenguaje que suena espiritual y que se le atribuye  a Dios nos da razones para pensar en algunas frases tales como:

Dios me ha hablado…………

Dios ha puesto en mi corazón…….

Dios me ha dicho que dijera……

Dios me rebelo……….

Muchas veces hablamos así para que los demás estén de acuerdo con lo que decimos, o como  lo que decimos tenga la firma de Dios,  los demás les va a ser más fácil estar de acuerdo con nuestros pensamientos, incluso cuando  hablamos así esperamos que la gente nos trate como a mas espirituales.

Después de decir “no apaguéis el Espíritu,  no menospreciéis las profecías”, Pablo prosiguió diciendo, “examinadlo todo; retened lo que fuere bueno”. 

 

Si en una conversación hablamos como si lo que Dios nos dice por medio de nuestras inclinaciones fuera igual a lo que Dios nos dice por medio de la Biblia estamos compitiendo, incluso sin intención de hacerlo con la autoridad de la Biblia.

La pregunta es ¿Cómo podemos hablar por Dios? Después de todo el apóstol Pedro escribió,  si alguno habla, [hable] conforme a las palabras de Dios

 

Nuestras repuestas tienen que estar arraigada en un respeto honesto por la diferencia entre nuestros pensamientos y los de Dios. Si estamos seguro que Dios ha dicho algo en las escrituras tenemos que citarlo con precisión, si creemos que nuestros pensamientos son consecuentes con las enseñanzas de la Biblia entonces tenemos que decir  “Me parece”  o “Creo”, “me parece que esto que hacemos agradaría a Dios”, o “creo que esta enseñanza es consecuente con la enseñanzas de la Biblia”.

Pablo, tenía mucho cuidado a la hora  de distinguir entre la palabra de Dios y su propia convicción personal, (Corintios 7.10-12)

Puede parecer que el añadir “Me parece” o “Creo” sea un asunto pequeño sin importancia, pero es muy grande porque es ser honesto contigo mismo y con Dios.

05 mayo 2009

Predicar el evangelio

Jesús les dijo: «Vayan por todos los países del mundo y anuncien las buenas noticias a todo el mundo.  (Marcos 16:15)

Anuncien la Buena Nueva a toda la creación,  a todos los hombres, sin excepción de personas, de judíos, de gentiles, bárbaros, idólatras. Es la semilla que se sembrará en el mundo y producirá frutos a su debido tiempo en todos los campos de la actividad humana

02 mayo 2009

Las piedras clamaran


Regresaba del hospital y en el aparcamiento me encontré con un gorrilla, (persona que te facilita aparcamiento a cambio de unas monedas),  me parecía muy mayor, pero  en realidad era  joven. Su aspecto es de mucha dejadez y de estar enfermo,  le pregunté: “¿Cómo estás?”. Me senté a su lado y me dijo: “si uds. supiera, estoy condenado por mi propia enfermedad, sé que no tengo salida, muchas veces pienso en tomar la decisión de que mi corazón deje de latir, me imagino mil formas para acertar, y cuando creo que ya lo tengo decidido pienso, ¿si hubiera alguien que me pudiera ayudar?, estoy cansado, si alguien me pudiera ofrecer una  buena solución que pudiera cambiar de vida.

Enseguida me salió mi instinto de evangelista, amigo Dios puede cambiar tu vida, el Señor te da una oportunidad y tienes que aprovecharla al máximo, Dios no es indiferente ante tus problemas y dolencias, El es un Dios cercano, haz el intento dile que tienes miedo, reconoce tu debilidad y recuérdale que solo no puedes hacerlo.

No sé si  habré conseguido algo,  le deje la dirección de la iglesia, pensando que algún día le pueda ver entrando por la puerta. Cuando regresaba al coche pensé que difícil es que la gente reconozca lo débil que somos para salir solos de las situaciones difíciles, pero de una cosa estaba convencido:

de que si yo no le hubiera hablado, habrían hablado las piedras.

Foto: Carlos Marquez

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