03 enero 2016

“Planning año 2016”

Hace unos días comenzamos un año nuevo, y es el momento perfecto para hacer balance de todo cuanto nos ha sucedido en los trescientos y pico días que hemos dejado atrás. Empezamos a ver aquellas cosas positivas que nos han sucedido y también recordamos esas pequeñas cuestiones que no han salido bien durante este año. Y en medio de esa lista de pros y contras  llega el momento de pensar en cómo plantearnos el nuevo año, qué nuevas metas queremos alcanzar. 


Personalmente haciendo caso a las palabras del apóstol Pablo que decía quiero olvidar lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante [1], no me preocupa tanto lo que haya pasado, sino como será mi año 2016. Y me surgen ciertas preguntas:
¿Cómo será?, ¿qué espero yo del nuevo año?, ¿qué deseo de verdad?, ¿qué es lo que necesito?, ¿a qué dedicaré mi tiempo más precioso e importante?
¿Seguiré este año alejándome un poco más de Dios o empezaré a buscarlo con más confianza y sinceridad? ¿Seguiré un año más mudo ante El, sin abrir mis labios ni mi corazón, o brotará por fin dentro de mí una pequeña oración, humilde pero sincera?
¿Este año me preocupare solo por mí y mis necesidades, o buscare la manera y forma de hace feliz a mi prójimo?
¿Intentare trasmitir alegría gozo y lo más importante el mensaje de salvación, o contagiare tristeza, desanimo, desaliento?
¿Será un año más, dedicado a hacer cosas y más cosas, para mi ego personal, o todo lo que haga será para la Gloria de Dios y para el crecimiento de las personas de mí alrededor?
¿Seguiré con indiferencia las noticias que día a día llegan desde los países donde la guerra, el hambre y los despropósitos de ciertos líderes hacen que las personas tomen decisiones duras para sus vidas? , ¿Me dará igual ver los cuerpos destrozados de las gentes de Irak o los ahogados de las pateras?, ¿seguiré mirando con indiferencia a los que vienen hasta mi demandándome trabajo y comida? 

¿Seré capaz de llevar a cabo todas estas interrogantes?

Estoy convencido de que yo “solo” seré incapaz, pero cuento con la ayuda del Señor, porque su palabra dice: “Separados de mi nada podéis hacer [2]

Trabajar bajo la mano y dirección del Señor da más seguridad. Buscar la realización y conquista de nuestras metas agarrando  las manos de Jesús nos da mucho más confianza y tranquilidad. Tener alguien a nuestro lado que nos entiende y comprende nuestros problemas y fracasos cuando las victorias cuestan llegar fortalece nuestra fe y nos da más fuerza y seguridad para seguir adelante.

Seamos sabios y prudentes. Busquemos colocar todos nuestros anhelos y sueños en las manos de Dios para no correr el riesgo de, más adelante, arrepentirnos y no conseguir nuestras metas.

Alguien me dijo: Si no intentas nada más allá de lo que ya dominas, no crecerás. Entonces, ¿a qué esperamos? 


[1].- Filipenses 3.13
[2].- Juan 15.5

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