17 enero 2016

A tiempo y a fuera de tiempo

Pablo le explica a Timoteo lo importante que es predicar el evangelio, le dice que hay que hablar "A tiempo y fuera de tiempo"[1] y esto significa estar listos para servir a Dios en cualquiera situación, sea o no conveniente. Que tenemos que estar alerta a las oportunidades que nos da Dios.


Para Timoteo fue muy importante predicar el evangelio a fin de que la fe cristiana pudiera difundirse a través del mundo. Nosotros creemos en Cristo hoy porque personas como Timoteo fueron fieles a su misión. Seguro que hay a nuestro alrededor muchas personas que no conocen a Cristo, nuestra familia, compañeros de trabajo, nuestros vecinos, personas que nos topamos con ellas diariamente, y que ni tan siquiera saben que somos cristianos. Quizás pensemos que hablar a otros del evangelio nos pueda causar inconvenientes, pero predicar la Palabra de Dios es la responsabilidad más importante que se ha dado a los cristianos.

En el libro de Hechos se nos ofrece una imagen de cómo Pablo evangelizó a personas que no conocían el evangelio. En la ciudad de Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos,  Pablo,  como acostumbraba,  fue a ellos,  y por tres días de reposo discutió con ellos,  declarando y exponiendo por medio de las Escrituras,  que era necesario que el Cristo padeciese,  y resucitase de los muertos;  y que Jesús,  a quien yo os anuncio,  decía él,  es el Cristo. [2],  y el resto de la semana Pablo hablaba directamente con los paganos de la ciudad en la plaza mayor. La plaza mayor significa mercado o plaza central en el corazón de la ciudad. Era un centro de actividad civil y comercial, y a la vez lugar para el intercambio informal de información, noticias del día, y también de ideas y pensamientos. Nosotros realmente no tenemos nada parecido en la actualidad. La tecnología nos ha detenido en este sentido y hacemos todas estas cosas desde la comodidad de nuestra casa. Sin embargo, en los días de Pablo, el mercado era donde todo ocurrió. Era donde todos se reunían.

Me imagino a Pablo caminando alrededor de la plaza del mercado, conociendo gente,  participando en debates y buscando la mejor manera de poder hablarles del Evangelio.
Hoy debemos hacer lo mismo. Debemos llegar a donde está todas esas personas que no conocen a Jesús, construir relaciones con ellos, y comprometerlos con el evangelio.  A pesar de que nuestro mercado se vea diferente al que asistía Pablo, creo que el principio sigue siendo válido. Debemos hacer lo que Pablo llegó a hacer, construir relaciones con la gente allí donde vivimos, trabajamos y donde pasamos nuestros momentos de ocio, y hablarles de las Buenas Nuevas.

Mantengámonos preparados, animosos y sensibles a las oportunidades que Dios nos dé para contar las Buenas Nuevas.


[1].- 2 Timoteo 4
[2].- Hechos 17

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