03 junio 2022

Gigantes de la fe cristiana

Me gusta que después de las reuniones que tenemos entre semana quedarnos un rato para poder hablar de diferentes temas. Normalmente surgen preguntas sobre lo que se ha compartido, pero de vez en cuando surgen temas de mucho interés. Este último día unos de las hermanos sacó el tema de la próxima visita de Nick Vujicic al Palacio de Congresos del Ifema en Madrid. Eso levanto una alegría desmedida, entre los presentes, porque nos es fácil quedar impresionado por estos gigantes de la fe cristiana. 

Leemos en la Biblia de personas como Elías que se enfrentó a los reyes malvados, de Moisés que se paró ante Faraón y de Pablo que testificó ante gobernantes y gobiernos judíos hostiles. Estamos contentos de que Dios haya usado a estas personas, y de que hoy en día haya personas con unos dones grandísimos que Dios utiliza para tocar los corazones de hombres y mujeres.

Pero no todos los que servimos a Dios somos así y nos preguntamos: ¿Hay algo útil que realmente podamos hacer para la obra del reino de Dios? ¿Incluso si nos pertenecemos a un gran ministerio, o no somos predicadores famosos? ¿O no tenemos grandes dones? Bueno, por supuesto, claro que sí. La gran mayoría de la obra de Dios en el mundo se realiza a través de cristianos comunes, personas que a los ojos del mundo no son especiales.

Vayamos a la Biblia y veremos como el curso de la historia fue cambiado por personas como una sirvienta en la casa de Naamán en 2 Reyes 5. Un terrateniente piadoso llamado Booz mostró bondad a un inmigrante extranjero que condujo a la línea familiar de Jesús. (Rut)

Muchas personas en el libro de los Hechos alojaron a muchos hermanos en sus casas. Vemos esto en Hechos 8, cuando la persecución golpeó a la iglesia en Jerusalén, los miembros de la iglesia se dispersaron por el mundo. Y mientras se dispersaban, “predicaban la palabra por dondequiera que iban” (Hechos 8.4). El libro de los Hechos continúa contándonos que muchas personas cuyos nombres no conocemos también hablaron con otros acerca de Jesús. De hecho, más adelante en Hechos, Pablo visita varios lugares en sus viajes misioneros que tenían iglesias que él no plantó. Las plantaron cristianos cuyos nombres se han perdido en el tiempo. Su fiel ministerio condujo a la salvación de personas y al establecimiento de iglesias.

Piensa en quién ha influido más en tu fe. Quizás fueron tus padres quienes fielmente te enseñaron la Biblia, oraron contigo y por ti y te llevaron a la iglesia. Tal vez fue un maestro o un buen amigo, o alguna persona que ni tan siquiera conocías. Lo más probable es que estas personas no sean nombradas en un libro de historia por su influencia, pero marcaron una gran diferencia a través de su trabajo fiel y silencioso.

Tú también puedes ser una influencia más grande de lo que crees en los demás. Simplemente escuchar a las personas y animarlas en la iglesia puede ser influyente en su vida. Tu bondad para con los enfermos será recordada. Su participación en la enseñanza de los niños en la iglesia podría dar frutos eternos. Pablo anima constantemente a los cristianos a edificarse unos a otros; trabajas en esta dirección importa más de lo que piensas.

Es lo mismo con tus amigos no cristianos. Vivir una vida fiel frente a los compañeros de trabajo, tu amabilidad, tu compañerismo y tú entusiasmo por trabajar bien, puede ser una influencia tan grande que quizás un día se pregunten: ¿Qué es lo que te hace ser diferente? ¿Querrán sabe y conocer al que tanto te impacto para tener esa vida llena de gozo y felicidad?

Siempre habrá una oportunidad para hacer algo bueno, no nos cansemos, y si en algún momento nos sentimos así, tengamos la plena seguridad que Dios renovará las fuerzas y nos animará para seguir sin desmayar. (Gálatas 6.9)

 

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