05 julio 2015

Dios en las redes sociales

No te has preguntado alguna vez cuales son las razones cuando usamos las redes sociales y en particular la más popular de estas, Facebook. Hay muchas ventajas en las redes sociales: la conectividad en todo el mundo, noticias al instante, encontrar viejas amistades o  hacer nuevas amistades y una buena dosis diaria de imágenes divertidas, o algunas veces no tan divertidas.


Pero como cristianos estamos usando bien todas estos medios, ¿Qué propósito tiene nuestras publicaciones? ¿El uso constante de los medios sociales es bueno para nosotros? Más importante aún, ¿estamos obedeciendo el gran mandamiento de amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza, mientras usamos Facebook, Twitter, Instagram y Google?

Personalmente me he hecho algunas preguntas que me ayudan a discernir y asegurarme de que el uso que hago de los medios sociales es agradable a Dios.

¿Estoy tratando de glorificar a Dios a través de las redes sociales?  [1]

La pregunta fundamental  seria ¿Estoy buscando glorificar a Dios con mis publicaciones?  O simplemente lo hago para dar una imagen que no soy, pero que me gustaría ser. Cuando nos desviamos del propósito dado por Dios de nuestra vida, caemos rápidamente lejos de donde Dios quiere que seamos.

¿Mis publicaciones edifican o destruye?  [2]

En las redes sociales se compagina  mucho el chisme, la intimidación, el pesimismo y las quejas. En vez de ser como la mayoría, seamos una luz en el mundo mediante el uso de nuestro estado para edificar a otros. Pensemos en qué situaciones o temas podríamos tentar a hablar a algún amigo, y estar siempre en guardia cuando alguien necesite una palabra de ánimo o pueda necesitar algún consejo, pero que siempre sea para edificar nunca para destruir. Antes de publicar, haga la oración del salmista “Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables ante ti, Oh Señor mío, roca mía, y redentor mío.” [3]

¿La gente ve a Cristo en mí, basado en lo que publico?  [4]

El fenómeno de las redes sociales es una cosa rara y poderosa en el mundo de hoy. Nunca antes se había podido mantener fácilmente en contacto con la gente que hemos conocido a lo largo de toda nuestra vida alrededor de todo el mundo.
Se presenta una oportunidad única para que nuestra luz alumbre delante de los demás y  que la podamos utilizar como un ministerio evangelístico. Con nuestras actualizaciones, tenemos que ser capaces de mostrar a la gente la esperanza que tenemos a tener a Jesucristo como Señor y Salvador de nuestra vida, y cómo una persona transformada vive y piensa por el evangelio. Tenemos que ser capaces de desafiar y animar a nuestras conexiones en línea a creer en Cristo y seguirle. No se olvide de la increíble oportunidad que tenemos de proclamar al mundo las riquezas inescrutables de Cristo.

¿Utilizamos las redes sociales como plataforma para quejarnos?  [5]

El apóstol Pablo seguramente sabía que había cosas de que quejarse en este mundo caído y sin embargo, todavía nos dice en Filipenses  de “hacer todas las cosas sin murmuraciones ni contiendas.” Algunos recurren a los medios sociales para quejarse, pero la voluntad de Dios para sus hijos es que den gracias en todo, [6]. Qué lo que nos caracterice en las redes sociales sea dar las gracias no quejarnos.

¿Utilizamos las redes sociales para argumentos no provechosos? [7]

No hay escasez de argumentos de los medios sociales sobre política, deportes, religión, lo que sea. Mientras que algunas conversaciones pueden ser provechosas, muchas otras pueden ser una pérdida de tiempo y energía.
En lugar de “alimentar a los trolls” (es decir, responder a las personas que solo están  interesados en expresar sus opiniones), invirtamos nuestro tiempo y energía en algo útil y provechoso.

¿Utilizamos las redes sociales para aumentar nuestro ego y sentirnos bien consigo mismo?  [8]

Una mentira que las redes sociales sostienen  es que sólo tienes valor si la gente te sigue o les gustan tus fotos. Si nuestro estado de ánimo depende de la cantidad de “Me gusta” o “retweets” de nuestras fotos o de nuestro estado, eso significa que nos preocupa demasiado la aprobación de los hombres.
¡No caigamos en la trampa! es posible que nos encontremos edificando nuestro  estado de ánimo y autoestima sobre la base inestable de cualquier red social no pueda ser tan satisfactorio como podríamos pensar.
En vez de atesorar las cosas mundanas como seguimientos de Twitter o amigos en Facebook, acumulemos tesoros en el cielo que tendrán valor eterno. Esto también nos ayudará a escapar de la trampa de complacer a la gente que es tan común en las redes sociales.

¿Utilizamos las redes sociales para escondernos? [9]

¿Alguna vez has conocido a alguien que parece ser la persona más ‘guay’ en línea, pero es una persona radicalmente diferente en la vida real? Pueden tener Instagram, Twitter, o buenas fotos, actualizaciones de estado cada cinco minutos, y tener mil amigos en Facebook, y ser una persona muy diferente en la vida real.
Por desgracia, las redes sociales pueden actuar como una máscara, ocultando nuestra verdadera identidad y hacer que otras personas nos miren de manera diferente de lo que realmente somos. La raíz del problema es el orgullo. Queremos que la gente piense que somos ‘guays’ y tenerlo todo. En lugar de basar nuestras decisiones en lo que la gente piensa, hay que basar las decisiones en lo que Dios piensa.

Tratando de exaltarse a sí mismo en las redes sociales sólo te dejará decepcionado y en desacuerdo con Dios. Buscar honrar a Dios siendo humilde delante de Dios,  que es lo que realmente le agrada.

Pablo nos da un buen consejo en relación con todo esto: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3.23

[1].- 1 Corintios 10.31
[2].- Santiago 3.10
[3].- Salmo 19.14
[4].- Mateo 5.16
[5].- Filipenses 2.14-15
[6].- 1 Tesalonicenses 5.18
[7].-  Proverbios 18.2
[8].-  Marcos 8.36
[9].- Proverbios 25.14



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