27 julio 2014

¿Vencedor o perdedor?

Hace algún tiempo alguien  me hacia una pregunta, y ahora la misma pregunta os la hago yo a vosotros: ¿Cuál es el lugar del mundo donde hay mayor cúmulo de riqueza?, seguro que abras pensado en algún país o ciudad o quizás algún magnate. Pero la realidad es que el lugar del mundo con mayor riqueza es el cementerio, si el cementerio, ¿Y sabes por qué? Porque en cualquier cementerio hay enterrados tesoros, riquezas incalculables, personas que infelizmente enterraron consigo sus sueños.


Allí en cualquier cementerio hay personas que podrían haber escrito un libro que sería un best-seller, allí hay personas que tendrían la cura para enfermedades que la medicina aun no encontró, pero que fueron enterradas con el remedio, personas que murieron y enterraron sus ideas.

La Biblia nos dice en [1] Si dijeras en tu corazón: Estas naciones son más poderosas que yo, ¿cómo podré desposeerlas? En otras palabras, si dentro de ti piensas que no vas a hacer algo porque no te va a salir bien, ¿Cómo vas a poder hacerlo?  Si tenemos esa actitud seguro que nuestros sueños y anhelos nunca se harán realidad. El vencedor no es así el mira a su alrededor y ve la manera de vencer, siempre encuentra una manera de sacar adelante sus sueños, al contrario del perdedor que siempre encontrara excusas para no cumplir sus deseos y sueños.

El sabio Salomón decía, [2] que todo lo que te viniera a la mano para hacer lo hagas conforme a tus fuerzas, se refiere a las obras que son posibles para nosotros. Es bueno tener una idea en el corazón, pero será de mayor utilidad y beneficio que lo llevemos a cabo con eficiencia en vez de alegrarnos con tener una idea o hablar de hacer alguna cosa. Un buen trabajo vale muchísimo más que miles de ideas brillantes que nunca llegan a concretarse. Jamás debemos sentarnos y esperar que nos llegue la gran oportunidad o que aparezca un trabajo bueno, llamativo o distinto para hacer. Todos y cada uno de los días debemos hacer las cosas que nos vienen  ¨a la mano¨.

La diferencia entre un ganador o un perdedor, es que el ganador  llevar a cabo todos sus planes y procura dar fruto desde ya,  lo hace de inmediato, no desperdicia su tiempo pensando en que  lo haré mañana. El perdedor se pasa toda la vida diciendo “Si hubiese tenido estudio”, “Si hubiese conseguido un trabajo bien remunerado”, “Si Dios me hubiese dado otra esposa”, ¿Si si  si si ………..? Y la lista de pretextos para haberse movido siempre en el nivel de estancamiento podría ser interminable. En nosotros solo en nosotros esta que seamos unos vencedores o unos perdedores.


[1].- Deuteronomio 7.17

[2].- Eclesiastés 9.10 

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