06 julio 2014

Evidencias del poder de Dios.

En un juicio todo el proceso se concentra en una sola cosa las evidencias, que significa  tener seguridad clara y absoluta de una cosa, que no puede ser sometida a revisión ni admite prueba. En un juicio se le pide al jurado que deje a un lado sus sentimientos y prejuicios y de su veredicto solamente basado en las evidencias que se han presentado. Los abogados se dedican a presentar evidencias que parezcan estar a favor de sus clientes para que el veredicto les resulte favorable.


El testimonio más poderoso del evangelio es la evidencia del poder transformador en la vida de las personas. Es difícil discutir contra una vida que ha sido transformada, un milagro de sanidad o la fortaleza que los creyentes reciben al encarar los problemas de la vida.

En el libro de los Hechos [1] la gente de la ciudad de Jerusalén conocía al cojo que mendigaba frente a la puerta del templo la Hermosa, este hombre se dedicaba todos los días a pedir limosna a los transeúntes que pasaban por allí. Los enemigos de los creyentes lo conocían, Sabían muy bien que él había sido cojo desde su nacimiento.
De repente este hombre no solamente camina, sino salta de gozo mientras alaba a Dios por haberle sanado. El incidente pronto atrajo a una gran multitud. El milagro fue sorprendente, electrizante. Ellos querían saber lo que había ocurrido.
Los apóstoles tuvieron la  oportunidad de  decir lo que había ocurrido. El milagro no se debió al poder de ellos. La gloria pertenecía a Jesús quien había sanado al hombre.  Pedro no tuvo que argumentar nada,  la evidencia estaba allí ante los ojos de la multitud, Ellos podían ver que el hombre ya no estaba cojo.

Claro muchos dirán, esos milagros ocurrían hace 2000 años, la Biblia dice que Jesucristo es el mismo ayer, hoy  y siempre [2] El mismo Cristo que sano a ese hombre nos sostiene hoy a nosotros.

Hace cerca de 30 años mi vida estaba perdida, no tenía sentido nada de lo que hacía, los vicios, la mala vida me llevo a una degradación tremenda hasta el punto de perder todo, familia, trabajo, amigos. La solución que encontré fui huir, cambiar de aires, pero el problema no era el ambiente, ni mi ciudad, allí donde iba yo, el problema me acompañaba. Cierto día en una campaña de evangelización un grupo de cristianos me hablaron de Dios, de lo que el Señor podía hacer en mi vida, solamente tenía que arrepentirme y acéptalo como Señor y Salvador de mi vida. Así lo hice, al principio mis más allegados me decían que era otro “punto” que me había dado, pero al cabo de los años no han tenido más remedio que reconocer que mi vida ha cambiado, que ya no soy el mismo, y esto es una evidencia del poder de Cristo, aunque como al cojo también tengo “enemigos” que me dicen que mi cambio ha sido debido a mi fuerza de voluntad, a mi constancia, pero amigos la evidencia esta aquí, un corazón nuevo, una criatura nueva creada según Dios, la transformación ha sido radical pues he pasado  de:
La muerte a la vida
De las tinieblas a la luz
De la mentira a la verdad
De la esclavitud a la libertad

Podre ser perseguido, calumniado, malentendido, humillado, avergonzado, ridiculizado por ser fiel a Dios pero, la evidencia es clara, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. [3]

 La evidencia del poder transformador de Cristo esta clara, y ante esto no hay ningún argumento que contradiga lo que Dios izo en la vida del cojo y por supuesto en mi vida, a Él sea la gloria y la honra.



[1].- Hechos 3.1-10
[2].- Hebreos 13.8

[3].- 2 Corintios 5.17

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