El mejor negocio

Permitirme que os comparta una historia. Juan (nombre ficticio)  llego a su hogar muy pensativo. Su esposa se sorprendió al ver el rostro tan alegre de su esposo. ¿Qué te pasa? ¿Por qué tanta alegría?". El joven, sumido en sus pensamientos, volvió de pronto a la realidad. "¡Hola cariño!  respondió Juan, realmente no puedes  creer lo que me ha sucedido hoy en el trabajo. Mi jefe me ha propuesto un "buen negocio". Tendremos una buena casa, coche nuevo, joyas, vestidos, viajaremos.... ¡La suerte por fin nos ha tocado!"

Ella le preguntó fríamente: "Juan, ¿qué te ha podido tu jefe que hagas? ¿Acaso te ha invitado algún negocio sucio?" La alegría de Juan se transformó en una mirada seria. Nunca esperó tal pregunta de su mujer. Ella continuó: "Juan, ¿de qué sirve tener todo esto si tu conciencia te lo reclamará siempre? ¿Qué vale más en la vida: los lujos, comodidades, o la tranquilidad de conciencia y una vida feliz?”

El joven sonrió agradecidamente a su esposa. La abrazó, y tiernamente le dijo: "¡Gracias! Gracias por ayudarme a ver que lo más importante es aquello que me haga ser mejor persona, y no aquello que me haga tener más cosas".
Al día siguiente Juan renunció a su trabajo.

Más de uno podría pensar que el precio era demasiado excesivo en comparación al beneficio obtenido. Para remover toda duda al respecto, Jesús hablaba a sus discípulos y les decía;  ¿qué aprovechará al hombre,  si ganare todo el mundo,  y perdiere su alma?  ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Sus palabras resaltan el hecho de que muchas veces nuestras decisiones se basan en los beneficios inmediatos que vamos a obtener, pero damos poca importancia a las consecuencias que solamente se verán con el pasar del tiempo

¿Qué cosa es de tanto valor que serviría como recompensa, o intercambio, por la pérdida del alma? En un negocio uno da algo y recibe algo. Es un mal negocio si lo que recibe es de poco o ningún valor en comparación con lo que entrega. ¡Es un muy mal negocio ganar todo el mundo y perder el alma! Jesús dice que el alma vale más que el mundo entero.

Un buen negocio  es seguir fielmente a Cristo.