La Paz es el anhelo de la mayor parte de la humanidad.
Durante milenios, el hombre ha intentado
buscar la paz por todos los medios y maneras, y por eso, hay algunos que recurren a la
religión, otros asisten a seminarios de meditación o hacen yoga, otros creen
poder encontrarla en la naturaleza, por lo que deciden pasar un tiempo en
centros terapéuticos de aguas termales o practicando excursionismo. Sin
embargo, no tardan mucho en darse cuenta de que la paz que han encontrado es
meramente pasajera.
La definición de paz para muchos es ausencia de guerra y conflictos.
Pero Pablo en la mayoría de sus cartas, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios,
Filipenses, Colosenses, 1 y2 Tesalonicenses, 1 y2 Timoteo y Filemón, no está
usando la palabra paz como la usaban los griegos, sino como una traducción de
la palabra hebrea Shalom, y Shalom no se trata solamente de ausencia de guerra
y conflictos, sino de consuelo interno.
Conociendo el significado de tal anhelada palabra, ahora
viene las siguientes preguntas:
¿Dónde podemos hallar verdadera paz?
La verdadera paz es el resultado de la fe en Cristo (Romanos
5.1)
¿Cómo podemos alcanzar la verdadera paz?
La paz de Dios y la presencia del Dios de paz, las podemos
experimentar cuando ponemos por hechos la palabra de Dios. La paz de Dios
guarda (como centinela) nuestros corazones y mentes si llenamos nuestra vida
con los preceptos que Dios nos muestra. (Filipenses 4.7)
Ya conocemos como hallar la verdadera paz, y como podemos
alcanzarla, ahora solo nos queda saber cuáles son esas “condiciones” para poder
experimentar la verdadera paz:
1.- Orar correctamente (Filipenses 4.6).
No un simple orar, sino orar correctamente. En ninguna parte
de la Biblia se dice que cualquier clase de oración traerá paz a nuestros
corazones. ¿Qué es orar correctamente? Empieza con adoración, porque esto es lo
que la palabra «oración» significa. Esto es amar, disfrutar de la presencia de
Dios, honrarle en adoración. No es suficiente que estemos prestos a ir a su
presencia y suplicarle paz mental. Debemos postrarnos ante Él en adoración y
permitirle que escudriñe nuestros corazones. Luego viene la súplica que
significa el deseo fervoroso y ardiente del corazón. La verdadera oración viene
del corazón, no de los labios. Dios trae
paz a nuestros corazones cuando le presentamos nuestras peticiones. La historia
de Daniel (cap.6 vs-10), nos muestra la
forma de orar que trae paz aun en circunstancia complicadas como en la que
estaba Daniel en la cueva de los leones.
2.- Pensar correctamente (Filipenses 4.8).
La paz involucra a la mente (Isaías 26.3, Romanos 8.6). Jesús
puede crear perfecta paz en tu mente aunque las tormentas rujan afuera. Los
pensamientos erróneos conducen a la intranquilidad y al desaliento, pero el
pensamiento espiritual llevará a la paz. Pablo nos dice en este versículo
acerca de qué pensar, y el Dios de paz estará con nosotros, (vs-9). La meditación en la Palabra de Dios siempre nos
trae paz (Salmo 119.165).
3.- Vivir correctamente (Filipenses 4.9).
Si hay algo en mi vida por lo cual no me atrevo a orar,
nunca tendré paz. Vivir correctamente siempre trae paz, (Isaías 32.17 y 48.18,
22). No es suficiente usar la Biblia como la base para orar y reclamar sus
promesas; debemos también usarla para nuestro vivir, obedeciendo sus preceptos.
Si meditamos, Santiago 4.1–11, nos daremos cuenta que la oración incorrecta
(4.3), la vida incorrecta (4.4) y el pensamiento incorrecto (4.8) origina
guerra en nuestra vida en lugar de paz.
Ya conocemos como podemos tener la anhelada paz, pues Dios se
la da a quienes lo buscan de todo corazón. Claro está, antes hay que conocerlo,
y eso solo se consigue examinando su Palabra, la Biblia. Y seguir sus preceptos,
y aunque no siempre es fácil, el esfuerzo bien vale la pena.
Si así lo hacemos,
“el Dios de la paz estará con todos nosotros” (Filipenses 4.9).
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