06 agosto 2022

¿Qué hacemos con la información que recibimos?

Unos de los pocos “vicios” que tengo es leer, suelo leer todos los días bastantes blogs que sigo, comentarios de las redes sociales, periódicos digitales, noticias y algún artículo por ahí suelto. O sea que al cabo del día es mucha la información que recibo. Absorbemos información mucha más información de la que muchas veces podemos digerir. Pero está claro que la mayor parte de esta información no nos afecta en nuestro modo de vivir. Las noticias nos pueden brindar algunos temas para discutir con amigos y las redes sociales nos pueden brindar información sobre lo que sus amigos van a hacer o a qué lugar se van de vacaciones. Todo este material que estamos leyendo o estudiando puede ayudarnos a conocer, pero por lo general no afecta nuestra forma de vida.

Sin embargo, hay ciertas clases de información que podemos recibir que lo cambia todo. Si una persona entra corriendo a tu iglesia gritando "fuego" "fuego", tendrá que hacer algo al respecto. No puedes ni debes ignorarlo. Cierta información es tan urgente que necesita actuar de inmediato.

Al comienzo de 2 Reyes 8 vemos al rey de Israel, probablemente el rey Joram, hablando con Giezi, el siervo de Eliseo. Giezi le está contando al rey acerca de los milagros que Dios hizo a través de Eliseo, en particular, la resurrección de un niño de entre los muertos. Esto probablemente le pareció fantasioso al rey, pero la mujer y su hijo entraron en la habitación mientras Giezi estaba hablando. ¡Aquí estaba la prueba viviente de un Dios que podía resucitar a los muertos! El rey ayudó a la mujer con su pedido, pero la historia nos dice que el rey Joram se mantuvo apartado del verdadero Dios y no llegó a la fe. Estaba interesado en la información, pero esa información no le cambió su vida.

Cuantas personas van cada domingo a la iglesia, asisten a las reuniones de oración y a los estudios Bíblicos, en base a esto estas personas adquieren mucha información. Sin embargo, su comportamiento no testifica de un cambio en su vida.

Cuando Dios cambió mi corazón y pude ver lo maravilloso que era realmente Jesús, todo cambió. Mi deseo y anhelo era servir a Jesús y conocer más información acerca de Él. Una vez que supe que toda esa información sobre el Dios que me amó y me salvó era real y mucho más importante que cualquier otra cosa, tuve que actuar en consecuencia. 

Si dices que crees en un Dios que resucita a los muertos, pero no cambia tu vida, realmente no estas creyendo en absoluto. La entrada al cielo no se basa en una prueba de conocimiento sobre la Biblia, sino en confiar en Jesús como su Señor y Salvador.

Cada domingo escuchamos el correspondiente sermón, y no podemos limitarnos a escuchar y marcharnos con un poco más de información. Escuchar al Dios verdadero acerca de su mundo y cómo es Él y lo que Él quiere para nosotros es importante, pero necesitamos hacer algo con todo eso. Hagámonos, esta pregunta: ¿Qué vamos a hacer con lo que escuchamos en el sermón del domingo?

Nos vamos a proponer ser hacedores, no solo oidores de la Palabra. No seas como el rey Joram que escuchó y no hizo nada con tan valiosa información. Seamos de los que escuchan y llevan a cabo esas buenas noticias.

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