19 agosto 2022

¡Hijos del Trueno! (1ªparte)

Hace un tiempo un funcionario del centro de internamientos de extranjeros me decía que las personas no pueden cambiar, refiriéndose a los chicos que se encuentran retenidos en dicho centro. Le pude testificar de que para Dios si es posible el cambio en las personas, y que mi vida era un ejemplo de ello, y que además si hacemos un análisis detenido de las escrituras vemos que hay ejemplos de personas que fueron cambiados en una forma radical de tal manera que la entidad de estos hombres fue transformada para siempre. Les invito a conocer a los hermanos Boanerges. (Marcos 3.13-17).

Jesús al seleccionar a los doce apóstoles no solo cambio el nombre de Simón por el de Pedro sino que a Jacobo y Juan, los hijos de Zebedeo les puso un apellido muy particular el cual es Boanerges. Los sobrenombres en la Biblia era una unidad de lenguaje por la cual una persona era conocida, era la fama y la reputación que los caracterizaba. Jesús llamo a Juan y Jacobo como Boanerges, esta palabra pertenece al idioma arameo la cual denota un celo fiero y destructivo que está asociado a una tormenta eléctrica, Marcos nos dice que esta palabra significa hijos del trueno.

La pregunta es ¿Por qué Jesús les dio este apelativo tan especial a estos hermanos? Para ello tenemos que hacer una revisión cuidadosa de las Sagradas Escrituras para saber cómo se comportaban estos hermanos para que Jesús les diera esta distinción.

Eran autoritarios, Marcos 9.38-40: Juan tenía una personalidad muy intensa y cuando vio a un hombre que no era del grupo y sacaba demonios en el nombre de Jesús, algo que solo los discípulos fueron comisionados para llevar acabo, inmediatamente fue Juan a este hombre y le prohibió que continuara llevando a cabo este milagro. Juan actuó y solo después de hacerlo se lo comento a Jesús, quien le dijo que no debería habérselo prohibido. Juan aquí nos demuestra su celo por lo que era su labor y lo autoritario que podía ser.

Eran orgullosos, Marcos 10.35-41: Ahora estos dos hermanos, Jacobo y Juan, le piden a Jesús lugares de privilegio en la vida eterna. Querían estar al lado de Jesús en el cielo y cuando se les cuestiono sí podrían enfrentar algo similar a lo que Jesús viviría, ellos sin entender ni saber lo que Jesús iba a enfrentar sin dudarlo afirmaron que eran capaces.

Eran intolerantes, Lucas 9.51-56: Cuando Jesús se dirigía a Jerusalén los discípulos que estaban arreglando los preparativos de este viaje no fueron recibidos en una aldea samaritana, lo que provoco tal molestia en Juan y Jacobo que sin pensarlo Juan pidieron permiso a Jesús para que ellos hicieran caer fuego del cielo y la aldea fuera consumida.

Estos tres eventos donde vemos a Jacobo y Juan siendo autoritarios, orgullosos, intolerantes y rápidos a juzgar, nos dejan en claro la razón por la cual Jesús los nombro como hijos del trueno, esto nos muestra que Jesús los conocía mejor que nadie incluso antes de que estos eventos sucedieran y viera estas reacciones de ellos. El apodo que Jesús les dio representa la actitud fanática y crítica que estos hermanos tenían hacia su prójimo, así como el ser demasiado ambiciosos. Estas actitudes simplemente los descalificaban para ser unos dignos discípulos de Jesús.

Sin embargo Jesús muestra paciencia con Jacobo y Juan porque sabía que un día no muy lejano habría un cambio radical en ellos. Algo los marco de tal manera que terminaron dejando esas actitudes que les había ganado este apelativo.

La semana que viene veremos cómo estos hermanos fueron transformados en verdaderos discípulos. 

 

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