17 diciembre 2021

Para decir la verdad no hace falta ofender

La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con su llegada es tiempo de las tradicionales cenas en las que disfrutar con amigos y familiares. Sin embargo, lo que deberían ser unas fechas de afecto y unión, en ocasiones se torna en conflicto, cuando tratamos temas de conversación que es preferible evitar si no se quiere que las celebraciones se tornen en drama, para disgusto de aquellos con más espíritu navideño. No soy de los que buscan “guerra” pero no rehúso ningún tema por muy controvertido que sea, pero si es verdad que procuro evitar ser grosero y ofensivo. No soy de esos creyentes a quienes no les importa en absoluto usar la verdad como un garrote para golpear a la gente en la cabeza.

Como digo no doy la espalda a ningún tema por muy controvertido que sea: aborto, homosexualidad, Inmigración, Ideología de Género. Estos no son temas que se mencionan todos los días durante la cena de Navidad, pero si es verdad que muchas veces y no solo durante la famosa cena sino en muchas situaciones surgen estos temas y te encuentras solo antes una mesa de opositores y claro te surgen la pregunta de cómo puedo defender la verdad sobre ciertos temas controvertidos sin ser ofensivo.

Somos embajadores de Cristo [1] por tanto debemos hacer todo lo posible para comunicar la verdad de una manera agradable y llena de gracia. Eso significa que estamos representando a Jesús con su vida. La forma en que nos encontremos con otras personas será un reflejo del buen nombre de Jesús. Los creyentes, por lo tanto, debemos esforzarnos por hablar de una manera cálida, amistosa y amable, sobre todo cuando abordamos un tema controvertido.

No es razonable esperar que las personas que tienen una cosmovisión no bíblica encuentren que todas nuestras posiciones sean admitidas sin importar cuán amable, gentil y amorosamente las comuniquemos. Después de todo, Pablo nos recuerda que mientras vivamos de acuerdo con los principios piadosos, está prácticamente garantizado que seremos perseguidos [2] Debemos esperar que las personas no solo rechacen el contenido de nuestras creencias, sino que también se sientan ofendidas por ellas.

También debemos recordar que incluso Jesús fue ofensivo. Las Escrituras lo describen como lleno de gracia y verdad. Él fue el dador de respuestas perfectas. A pesar de su perfecta habilidad, aquellos que tenían una opinión diferente estaban horrorizados por sus afirmaciones. Si Jesús no pudo defender la verdad sin ser ofensivo, nosotros no tenemos ninguna posibilidad. [3]

Seguro que muchas veces te sentirás odiado y perseguidos en virtud de seguir a Jesús. Mientras tanto, esforcémonos por ser embajadores a la altura de Jesús. Tratemos de ser lo más inofensivo que podamos al abordar temas controvertidos. Pero cuando la gente se ofenda por sus valores bíblicos, no se sorprenda. Eso es parte de lo que significa ser un seguidor de Cristo.

[1] 2 Corintios 5.20

[2] 2 Timoteo 3.12

[3] Juan 15.18-20

 

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