Muchas veces pensamos que Dios está muy lejano de nuestros
ruegos, sobre todo cuando estamos atravesando aflicciones en las que no vemos ninguna
posible salida. Llega un momento que ya no soportamos tanta presión, la
incertidumbre y el temor; pero es precisamente,
en estos momentos, cuando hemos de tener la plena certeza que de todas
estas situaciones, Dios nos va a librar.
La palabra de Dios nos dice: Muchas
son las aflicciones del justo, Pero de
todas ellas le librará el Señor [1]. El salmista es realista. Dios promete
librarnos de las crisis pero no promete que no habrá crisis. Dios no promete
una vida sin dificultades; el mismo Salmo surgió de una dificultad. Pero las
dificultades y las crisis también son oportunidades para la manifestación de la
fidelidad y el poder de Dios. Dios quiere que experimentemos la grandeza de su
salvación presente y futura. Dios nos librara de cada situación angustiarte que
vivamos, pero confiemos en su palabra “De todas nos librara el Señor”.
No importa como este el panorama a nuestro alrededor, aunque
todo y todos se nos vengan encima, Dios tiene su tiempo. Nosotros por nuestra parte no dejemos de orar aunque veamos que el horizonte se oscurece y
no hay ni un tan solo recurso a tu alcance, es necesario que nuestra fe se ejercite aunque no veas nada, Dios
quiere que crezcamos en fe. Debemos alimentarnos de la palabra de Dios, para
que sepamos cómo proceder ante cada situación. Siempre vamos a recibir la palabra
justa y precisa que estemos necesitando, y obviamente eso estimulara
enormemente nuestra fe, y algo importante no sigamos pensando consecuencias
negativas, pues eso nos mantendrá mucho más
tiempo dando vueltas alrededor de nuestro problema, sin que podamos ver una
salida favorable.
A menudo deseamos poder escapar de los problemas, Dios promete, ser nuestra
fuente de poder, valor y sabiduría para ayudarnos a pasar a través de los
problemas. Cuando los problemas nos golpeen, no nos decepcionemos de Dios. Por
el contrario, admitamos que necesitamos su ayuda y démosle gracias a Dios por
permanecer a su lado.
Sigamos estos consejos, y veremos las cosas de manera
diferente como las hemos estado viendo hasta hoy.
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