19 abril 2015

¿Somos sal en este mundo?

En una conversación que tuve con un hermano en la fe, le llamo mucho la atención que en mi página de facebook no todos mis “amigos” fueran cristianos, era como que se entrañaba de este dato, me decía: si lo que compartes son temas cristianos, ¿Por qué tienes amigos que no son cristianos? No tiene mucho sentido………………………


No sería maravilloso que Dios nos salvara y entonces en cosa de segundos nos llevara al cielo. Pero Dios en su infinita sabiduría, nos dejo deliberadamente en esta tierra. Él nos dio un mandato del trabajo que desea que hagamos, “Vosotros sois la sal del mundo” [1] La humanidad, en su ignorancia y  maldad, es como un montón enorme, listo para podrirse, pero Cristo nos envía, para sazonarla,  con el conocimiento y la gracia de Jesucristo.

Pero tenemos que tener muy claro que la sal es un conservante sólo cuando entra en contacto con un elemento de descomposición. La sal sólo actúa cuando entra en contacto con algo que necesita condimento. La sal no tiene ningún efecto cuando está en un estante. Si la sal se queda en la estantería, no tiene ningún valor.

Del mismo modo, nos convertimos en irrelevante cuando nos separamos del mundo y nos negamos a interactuar con la gente. Si nosotros que nos declaramos como la sal del mundo nos sentamos en el estante y no actuamos el resultado será que el mundo seguirá igual.

Nosotros los creyentes aunque no todos, no trabajamos en empresas cristianas, o compramos en híper cristianos, o asistimos a colegios cristianos. Nuestra espiritualidad debe mezclarse en la vida cotidiana, para ser sal de este mundo, en otras palabras, debemos interactuar con el mundo y mostrarle el evangelio de Jesucristo, y no por eso dejaremos de ser espirituales. 

Cuando Jesús oró al Padre le dijo: No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. [2] Piensen en esto, no les estoy pidiendo que les saques de una generación que no conocen a Dios,  Jesús nos ha dejado en este mundo a propósito y para su propósito. En un mundo en el que la mayoría anda por el camino equivocado, se nos deja como luces, semáforos, señales luminosas, luces indicadoras, como ejemplos vivos, como testimonios vivos y fuertes del camino correcto. No oró  para que sus discípulos fuesen quitados del mundo,  porque tenían una gran obra que hacer para la gloria de Dios, y para beneficio de la humanidad. Él oró que el Padre los resguardara del mal, de ser corrompidos por el mundo.

Resumiendo, me gustaría recalcar la misión que Cristo quiere de nosotros: “Vosotros sois la Sal de la tierra y la Luz del mundo” [1] ¿Dónde? en internet, en el trabajo, en cualquier sitio donde estemos, debemos mostrarnos como la sal del mundo, para  dar sabor y sazón a los que no conocen a Cristo; pero también tenemos que  servir como conservantes para que el mundo no se pudra en sus pecado y en sus vicios.

Nosotros somos el fruto del Amor de Dios en la tierra, por lo que nuestro actuar siempre ha de ser consecuente con Él, tal y como nos dice Pablo: "Portaos prudentemente con los no creyentes y aprovechad bien el tiempo. Vuestra conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y debéis saber también cómo contestar a cada uno" [3]

[1].- Mateo 5.13
[2].- Juan 17.15

[3].-Colosenses 4.5-6

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