Mi miramos a nuestro alrededor nos damos cuenta de que hay
muchas necesidades por la cual orar, clamar a Dios, pero siento en mi corazón
una gran necesidad y es orar por mi país, por España y la situación tan difícil
que estamos viviendo en estos momentos,
crisis económica, desahucios de personas sin recursos, paro, y eso si
mucha corrupción, por citar algunas de las causas que nos quita el sueño a
muchos de los españoles.
El pueblo de Israel
se encuentra en un momento difícil, ha sido deportado, desarraigado de su
tierra, su identidad está en riesgo, por ello recibe palabras de exhortación y
consuelo del profeta Jeremías, [1].
Esta nueva situación que les ha sobrevenido no pasará
pronto, así que deben adecuarse a ella; deben guardar su identidad
multiplicándose y además procurar el bien de la ciudad donde se encuentran.
Jeremías exhorta a guardar la paz y a rogar por ella al Señor. El tiempo de la
buena voluntad del Señor vendrá cuando su pueblo comience a orar. A simple
vista esto parece muy difícil, pero Jeremías les anima con tono de esperanza al
asegurar que el Señor no ignorará su suerte.
Debemos aguardar con paciencia la intervención del
Señor a veces no nos será fácil, no obstante la espera es uno de los caminos en
los que el Señor pone en los corazones de su pueblo el acercarse a él en
oración, el pedir e interceder por misericordia, misericordia que El mismo nos
ha dado ya: “Entonces me invocaréis, y
vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré” [2]
Los momentos difíciles de la vida son una oportunidad para
experimentar la misericordia del Señor, son momentos que nos llevan a buscarle
de todo corazón. Cuando nuestro espíritu está en sintonía con el Espíritu de
Dios, es tiempo de buscarle porque El está listo para dejarse
encontrar, listo para responder.
Busquémosle de todo
corazón e intercedamos por un país que solo Dios puede cambiar su rumbo.
[1].- (Jeremías 29.12-13)
[2].- Jeremías 29.12
No hay comentarios:
Publicar un comentario