El seleccionador
nacional de fútbol de España, en una
charla a jóvenes jugadores les decía;
El fútbol es una pasión, es un sentimiento que uno tiene que
tener ya de pequeño, yo recuerdo que cuando era niño iba a todos los lados con
mi balón, intentando dar cada vez más con la cabeza, con la pierna derecha con
la izquierda, cuando estaba solo jugaba
contra la pared, si éramos dos ya había partido, y si había cuatro ya ni os
digo.
No solo en el entrenamiento cuando vais a las instalaciones de vuestros clubes, sino día a día a todas las horas con el balón a así te vas familizando con el balón y aprendes lo más importante el dominio del balón.
No solo en el entrenamiento cuando vais a las instalaciones de vuestros clubes, sino día a día a todas las horas con el balón a así te vas familizando con el balón y aprendes lo más importante el dominio del balón.
Toda esta historia me habla de perseverancia. El término
"perseverantes" indica una acción tenaz e insistente. Significa estar
ocupados con asiduidad y constancia en alguna cosa. Se podría traducir también en
"tenazmente aferrados" o "asiduos en la acción que estas
desarrollando".
La Biblia por medio de Pablo nos enseña que hay que ser
"perseverantes en la oración”. En un pasaje de la carta a los Efesios se
lee «Estad siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu,
velando juntos con perseverancia». Perseverar en la oración u “orar sin cesar”,
no quiere decir que tenemos que pasar
todo el tiempo sobre nuestras rodillas, y en una postura de cabeza inclinada y ojos
cerrados durante todo el día.
Oramos en nuestro tiempo devocional diario, en las reuniones
de la iglesia, en los grupos de oración, en los momentos de oración con la
familia, ¿Pero qué sucede con el resto del día? Pues, podemos orar con
frecuencia, espontáneamente, oraciones cortas, podemos estar orando en el bus,
en el metro, cuando hacemos las tareas
de casa, antes de comenzar a trabajar y
durante el trabajo. Hay que fomentar la oración en la familia, antes y después
de comer, al salir de casa, antes de ir al culto. Tengo la oportunidad de pasar
por varios hospitales, iglesias o sitios que siento orar por ellos, y aunque
son oraciones cortas, espontaneas, no
dejo de hacerlo. Este tiempo de oración
no debe sustituir al tiempo dedicado a la oración en sí, sino que debiera ser
una consecuencia del mismo. Cuando la oración entra en cada aspecto de nuestra
vida, ¡quién sabe lo que Dios puede hacer para su gloria!.
Muuy ciertooo tenemos que estar siempre comunicado con nuestros padre celestial
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