28 diciembre 2018

Si Dios lo permite


Cada vez que se acerca el fin de año a muchos de nosotros nos da por hacer un balance del año que termina y ponernos unos propósitos para el año que comienza. ¿Es bueno? ¿Es malo? Sinceramente no lo sé. Diseñando una postal con un proverbio, hoy jueves tocaba el capítulo 27 y escogí el versículo 1, que dice: “No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día”. Aprendí de esta porción de las Sagradas Escrituras lo importante de dejar HOY, nuestro MAÑANA, en las manos de Dios, y no jactarnos de lo que no depende de nosotros. 
Por muy buenos propósitos que tengamos para el año que comienza, nuestra vida, nuestra familia, nuestro ministerio, todo depende de Dios.


Pero si puedo hacer balance de lo que he vivido en este año que termina, y quiero agradecer a Dios por todo aquello que recibí de Él. Quiero darle las gracias por la vida, por cada día que me levante y pude ver la luz de la mañana, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.

Gracias por las personas que a lo largo de estos meses amé, por las amistades nuevas, por aquellos que están más lejos, por los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, ha habido cosas que no hecho correctamente Señor, y hoy quiero pedirte perdón; perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir muchas veces sin entusiasmo.

Comienza un nuevo año y te presento estos días que sólo Tú sabes Señor lo que nos deparara. Solo te pido paz, gozo, fuerza, prudencia, y sabiduría. Quiero ser un instrumento en tus manos, vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Quita de mi toda falsedad y cierra mis oídos a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno que mi vida se llene sólo de bendiciones, pero no para mí, sino que las valla dejando en cada acción que haga.  Lléname de amor de gozo de bondad de misericordia para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poco de TI.

Este es el balance de un año que termina, y mis propósitos para el nuevo año, pero todo será si Dios lo permite.

¡¡¡Feliz año nuevo!!!

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