26 octubre 2018

La gran mentira del pensamiento en positivo


¡Nuestros pensamientos son el poder que cambia y moldea el mundo que nos rodea!
¡Necesitamos rechazar y evitar a las personas que nos hacen sentir emociones negativas o pensar cosas negativas!
¡La vida es demasiado corta para perder tu valioso tiempo con las personas equivocadas! ¡Para alcanzar tu máximo potencial, tienes que rodearte de águilas, de personas que te impulsan hacia adelante, que te hacen mejor, que te ayudan a elevarte!  ¡Si no tenemos éxito o estamos en un espacio negativo, debemos evaluar a las personas que nos rodean y desechar o evitar a cualquiera que nos esté reteniendo!


¿Te suenan estas emotivas frases? Son algunas de las enseñanzas del llamado pensamiento positivo que dice más o menos que nuestros pensamientos son el poder que puede cambia y moldea el mundo que nos rodea.
Otras de las barbaridades de estas falsas enseñanzas es que una de las claves importantes para poder alcanzar todo nuestro potencial se encuentra en nuestro entorno. No puedes rodearte de personas negativas y esperar que tu vida sea positiva. Si todos tus amigos viven derrotados y deprimidos y renunciaron a sus sueños, tendrán que hacer algunos cambios. Lo más probable es que si sigues pasando demasiado tiempo con ellos, logren voltearte y hundirte. Esta motivadora frase es del “famoso” predicador Joel Osteen.

No sé si este señor lee la Biblia pero quisiera recordarle que Jesucristo se rodeaba de lo vil y menospreciado del mundo. Jesús se rodeó deliberadamente de personas inferiores a él, más negativas que él. ¿Por qué? ¡Porque las amaba! ¡Por qué sabía que tenía algo para darles! Porque estaba viviendo su vida para el bien de ellos, no el suyo. Jesús vino a habitar entre personas desesperanzadas, destrozadas, enfermas, furiosas y negativas, dejó la perfección del cielo para salvar lo que se había perdido.

Y es que todos estos pensamientos raros nos aconsejan alejarnos de aquellas personas que son nocivas para nuestro desarrollo y crecimiento personal. Ese tipo de pensamientos se filtran en la iglesia y nos hacen ignorar el llamado del Señor a que seamos verdaderamente complemento los unos de los otros.

Todos podemos recordar a la mujer enferma que tras doce años de sufrimiento con el flujo de sangre, cuando tocó a Jesús en lugar de hacerle inmundo ella misma fue limpia. O te recuerdo los leprosos que recibieron la sanidad del Señor por su gracia y su misericordia… o tal vez sea bueno recordar mi propia vida, que estaba muerto en mis pecados y transgresiones y que, siendo enemigo de Dios, el Señor envió a alguien a que se me acercara y, a pesar de mis rechazos iniciales, pude recibir el precioso mensaje del Evangelio.

Qué clase de cristianismo estamos enseñando que dice que en lugar de edificar a los más necesitados y enseñarles el amor y la libertad que tenemos en Cristo simplemente nos tenemos que alejar de ellos. Qué falta de misericordia y amor. ¿Te imaginas a Cristo diciendo: “A estos no me acerco porque no me aportan nada, me frenan para alcanzar mis sueños”?

No permitamos que estas falsas enseñanzas hagan mella en nuestras vidas, el reino de los cielos está lleno de lo necio, lo débil, lo vil, lo menospreciado del mundo para avergonzar a los sabios, a los fuertes, para que nadie se jacte en la presencia de Dios y todos sepamos que dependemos totalmente de aquel que lo llena todo y que se humilló a si mismo hasta la muerte, por todos nosotros. (Filipenses 2.5-11).

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