20 septiembre 2015

Poner todo en las manos de Dios

Esta semana he tenido que asistir a una reunión importante y como cristiano, antes de asistir ore y lo puse en manos de Dios, comentándoselo a  un compañero me decía que porque lo hacía, mi respuesta fue que todo lo que hago en esta vida procuro ponerlo en las manos del Señor. El  me da sabiduría, revelación,  me guía,  y afirma mis pensamientos.


Todo en tu vida está conectado con Dios, aunque tengamos la tendencia a separar las cosas cotidianas que ponemos en las manos de Dios, puesto que hay veces que pensamos que hay actividades muy pequeñas que no merecen una oración o la dedicación al Señor, pero el camino al éxito es colocar todo lo que hacemos en las manos de Dios, empezando por nuestra vida y siguiendo con cada actividad diaria que emprendamos.

Siempre he procurado que en cualquier circunstancia  de mi vida contar con Dios a través de la oración. Antes de trabajar, al iniciar un viaje, al comenzar cualquier reunión, en los ministerios de prisiones y hospitales.

El evangelio de Lucas recoge un pasaje donde vemos la importancia que tiene contar con Dios en cada decisión que tengamos que tomar.
“En aquellos días Él fue al monte a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” [1]

Oró toda la noche. Aunque la Biblia no especifica por lo que oraba, dice que por la mañana hizo una de las decisiones más cruciales de su ministerio, escoger a los doce. Por lo cual, lo más probable es que el tema central de su oración esa noche era esa decisión. Ahora la pregunta es, si Jesús necesitaba orar antes de tomar decisiones, ¿no crees que nosotros también tengamos que orar antes de tomarlas? ¿Por qué tomamos decisiones usando nuestras pequeñas mentes y la información de nuestros cinco sentidos, y no acudimos a Dios y pedirle instrucción y que nos muestre cuál es la mejor opción que debemos de tomar? Él sabe cuál es la mejor opción, está dispuesto a mostrárnosla y tiene los medios, para anunciárnosla.

Personalmente oro porque reconozco que no tengo la suficiente sabiduría que necesito para tomar decisiones importantes. Mi conjetura es que cuando los grandes ejecutivos de las grandes empresas se reúnen  para tomar  decisiones importantes, ellos creen que tienen la sabiduría, y la experiencia que necesitan para llevar a cabo sus planes. Yo personalmente reconozco que me veo incapaz de afrontar muchos temas de mi vida, y reconozco que dependo totalmente de Dios. Estas pequeñas oraciones,  son una súplica sencilla en busca de ayuda, es  la súplica de un niño a su padre para pedirle los dones del conocimiento y la sabiduría para afrontar cualquier situación.

La oración es un grito a Dios no sólo por la sabiduría y el conocimiento suficiente, sino también una declaración de que vamos a tomar las mejores decisiones, las más adecuadas según los planes de Dios. Entendemos que sin la ayuda de Dios vamos a tomar decisiones por miedo a hombre en lugar de temor de Dios, vamos a tomar decisiones que son buenas para nosotros,  sin importarnos  si son malas para los demás, sin la guía de Dios, decidiremos hacer lo mejor para nuestra comodidad y seguridad, incluso si se bordea la moralidad no importa.

Oro para que cada palabra, cada pensamiento y cada decisión traigan gloria a Él, y solamente a Él.

En lugar de la manera de pensar del mundo que dice: “escoge lo que tu creas que sea más conveniente” Jesús oró para ver lo que para Dios era lo mejor y hacer su voluntad.

Como veis es un hábito sencillo, pero a la vez hermoso y significativo.


[1].- Lucas 6.12-13

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