13 septiembre 2015

Dad al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios. (Mat. 22.21)

Muchos cristianos, y entre ellos me incluyo yo, no estamos de acuerdo ni con los políticos que nos gobiernan, ni con las leyes que nos imponen, y todo esto nos lleva a que de nuestra boca salen muchas quejas, murmuraciones y criticas. Sin darnos cuenta murmuramos del gobierno, murmuramos de las autoridades, y pese a que no nos guste las personas que nos gobiernan la Biblia no nos enseña  a que les critiquemos si no a orar por ellos.


Tomemos ejemplo de  cómo Jesús nunca  se quejó del gobierno romano. Ciertamente tenía motivos y oportunidad para hacerlo, pero cuando se le preguntó: "Dinos, pues, qué te parece. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?", Jesús no comenzó a despotricar, ni a criticar ni a murmura, ni a quejarse, sus palabras fueron," "Por tanto, dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". [1]

Dios nos manda  honrar a nuestros gobernantes a orar por ellos, no ha criticarles, aunque no estemos de acuerdo con sus propuestas.

. .. Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. [2] 

Tengamos en cuenta, que, Pablo no dijo orar por los gobernantes si ellos son hombres buenos o dignos de honor. No, dijo orar por los gobernantes estés o no estés de acuerdo con ellos. Pensando en todo esto me llevo a hacerme una pregunta:

¿Oro por los que me gobiernan tanto como me quejo de ellos?

Sinceramente no, y la Biblia nos enseña que tenemos que orar por ellos, para que podamos llevar una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad en todos los sentidos.

Hay cinco razones muy importantes por la que debemos orar por nuestros  gobernantes:

Para poder vivir quieta y reposadamente
Para que se nos permita vivir en santidad y dignidad
Porque es bueno y agradable a Dios
Para que las personas puedan ser salvas
Para que muchos puedan llegar al conocimiento de la verdad

Claro, no nos gusta que nuestros impuestos suban, no nos gusta  que nos recorten  en salud y en educación. Pero en vez de quejarnos y hablar mal de ellos, oremos para que el evangelio avance y toque un día los corazones de los que nos gobiernan, oremos para que Dios les dé sabiduría para gobernar, oremos para que algún día los que nos gobiernan tengan un corazón conforme al corazón de Dios, oremos para que Dios se mueva sobre nuestros gobernantes y trabajen por la justicia, la paz  y la vida.

En vez de quejarnos, de criticarles, no cesemos de orar. El orar por los gobiernos le abre la puerta a una proclamación continua del evangelio y a una expansión en nuestro trabajo misionero. Orar por los nuevos gobernantes significa que no sólo en este año, sino también en los años venideros, podremos llevar una vida tranquila, en quietud y paz.

[1].- Mateo 22. 17-21

[2].- 1 Timoteo 2.1-4

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ÚLTIMA ENTRADA PUBLICADA

El Dios de las segundas oportunidades

Hoy en día, si cometes un error, estás perdido. Un tweet incorrecto puede significar que tengas un grave problema. Un comentario irreflexivo...