22 diciembre 2013

Mucha teoría, poco practica.

Lo  reconozco me gusta el fútbol, y un día de esos que puedo sentarme delante del televisor viendo un partido oí los comentarios de un entrenador que en esos momentos se dedicaba a comentar los partidos. Todo le parecía mal, estaba mal planteado, el equipo carecían de motivación, físicamente estaban destrozados. 
Después de unos años este entrenador fue contratado por un equipo, y toda esa teoría que tan bien sabia no le sirvió porque al poco tiempo fue cesado. 



Que quiero decir con esta pequeña historia, simplemente que cada día hay más gente que no vive lo que predica, ni predica lo que vive. Hay muchos “teóricos” del fútbol, del tenis, de la pintura, de la música, de la literatura, por haber hay en las universidades profesores de economía que nunca han tenido empresas, profesores de pintura que nunca han pintado, sin olvidar a los naturalistas que no hacen nada por la naturaleza, o políticos que en sus casas hacen todo lo contrario que dicen, etc.

Pero también hay, y esto es lo que verdaderamente me preocupa, evangelista que no han salido ni una sola vez a la calle a dar un tratado, hombres y mujeres que dan talleres de  asistencia en prisiones y hospitales, y nunca han asistido a ningún preso o enfermo, hombres y mujeres que escriben libros dando buenos consejos pero……. para otros pues ellos nunca lo han experimentado, a esto lo llamo “MUCHA TEORÍA, PERO POCA PRACTICA”, hablamos de teoría de algo que hemos aprendido, pero que nunca hemos experimentado.

Recuerdo hace ya algunos años asistí a un seminario sobre evangelismo, el taller constaba de dos partes, una teórica y otra practica, y la persona que nos dio la teórica fue el encargado de llevarnos a la calle a poner en práctica lo que habíamos aprendido, a esto se le llama “MUCHA TEORÍA Y MUCHA PRACTICA” y lo esencial quien nos estaba dando los buenos consejos, los había experimentado personalmente, eso es ,lo importante, hablar, enseñar compartir de cosas que hemos experimentado, no que hemos estudiado. Lo que verdaderamente te hace un buen profesor no es el conocimiento de una serie de normas o leyes humanas, ni tan  siquiera tampoco es el mero cumplimiento de las mismas, el buen profesor es el que acumula una serie de conocimientos bíblicos que conoce porque lo experimenta cada día en su vida, es el producto de una coherencia entre lo que ha creído y lo que vive.

Esdras tenía el firme propósito de estudiar y de poner en práctica la ley del Señor, y de enseñar a los israelitas sus leyes y decretos, [1]. Esdras demostró cómo un dotado maestro de Biblia puede hacer que el pueblo de Dios avance. Era eficiente debido a su aplicación como estudiante de las leyes de Dios y a que estaba decidido a obedecerlas. Enseñó tanto por su predicación como por su ejemplo.
Al filósofo B. Russell también le llamó la atención este fenómeno social y dijo al respecto: “La humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica.
Algunas personas hablan mucho acerca de su fe pero no van más allá, sólo hablan. Pueden saber las palabras correctas que deben usar pero sus vidas no reflejan el poder de Dios. Pablo, dice que el reino de Dios debe ser vivido, no sólo discutido [2]. Hay una gran diferencia entre conocer las palabras correctas y vivirlas.

Jesús dijo: Todo lo que hicieran por unos de mis hermanos…… (hicieran, no predicaran), lo harían por mí, (Mateo 25.40)



[1].-  Esdras 7.10

[2].-  1 Corintios 4.20

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