19 noviembre 2011

El cristiano y la politica


Últimamente tras la el nombramiento como ministro de Relaciones Exteriores al pastor evangélico Harold Caballeros, como parte del gobierno de Guatemala, y el intento del pastor Juan José Cortes de integrarse en un partido político, han sido muchas las preguntas de si los cristianos deberíamos participar en política.
Algunos comentan que lo único que deberíamos hacer es votar, otros creen que no debemos participar en la política, y algunos otros piensan que si deberíamos participar. Mi opinión es que los cristianos, no deberíamos por ninguna razón involucrarse en la política, más allá de participar como electores.
¿Por qué? Entiendo que la Biblia es muy clara a este respecto.
«Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado» (2 Timoteo 2:4).
Si hiciéramos caso a este versículo seria innecesarios todos los comentarios de la creciente implicación de cristianos en política,

Como cristiano somos soldados de Cristo, y te guste o no te guste estamos en una guerra. Y una de las razones por las que tantos luchan ineficazmente en la guerra espiritual, no pudiendo «librar la buena batalla de la fe», es porque se enredan en los negocios de la vida. El león rugiente siempre anda alrededor del cristiano lanzándole telarañas para enredarle, y la política es una de éstas.
Quizá hayas oído hablar de los llamados «agujeros negros en el espacio», nada vuelve a aparecer cuando han entrado allí. Ésta es una ilustración de lo que ha sucedido a algunos cristianos, y lo que sucederá a otros, cuando den su tiempo y energía a los quehaceres de este mundo.
Me gustaría que consideraras lo siguiente:
¿Cuántos hombres y mujeres han sido transformados por la mano del hombre en todos estos miles de años? Ninguno. Por todas partes del mundo, en todas las épocas, en todas las circunstancias, se han estado probando fórmulas desde todas las posibles perspectivas humanas, para cambiar el corazón del hombre, y no han logrado resolver los problemas de la humanidad.
Por otra parte, considera el evangelio. ¿Cuántos de los problemas básicos de la humanidad ha resuelto el evangelio?
¿Qué es lo que puede rehacer matrimonios? El evangelio. ¿Qué es lo que puede reformar a los presos? El evangelio. ¿Qué es lo que puede garantizar el cuidado de los ancianos y de los enfermos? El evangelio. ¿Qué es lo que puede rehabilitar a toxicómanos y alcohólicos? El evangelio.
Considera, pues, cuál es la manera mejor de invertir tu tiempo
¿La política, o el evangelio?
¿Qué hacer? Abstenerse y mantenerse alejado de la política. Dejar el "juego sucio político" a los seguidores de un dios diferente al nuestro.
Las palabras del Señor Jesús a Pilato están llenas de significado para nosotros: «Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían»

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