Decía Martin Luther King, en el libro La Fuerza de Amar. Que en estos días de cambios catastróficos y de gran incertidumbre, ¿Quién no
se siente deprimido y turbado por un miedo paralizante? En todos los rincones
del mundo, hombres y mujeres se enfrentan con temores que a menudo se presentan
bajo extraños y variados disfraces. Alarmados ante la posibilidad de perder la
salud, descubrimos en el síntoma más insignificante una prueba de la
enfermedad. El temor a lo que nos puede deparar la vida induce a ciertas
personas a vagar sin rumbo fijo por el camino escabroso de la droga, bebida y
de la promiscuidad sexual, llegando a desarrollar un complejo de inferioridad,
y caminamos por la vida con sensación de inseguridad, falta de confianza en
nosotros mismos y temor a un repentino fracaso.
La Palabra de Dios contiene un mandato que quizás sea el más
repetido en la Biblia. “No Temas” Fácilmente podríamos pintar una imagen
inexacta y poco realista de los héroes bíblicos en nuestras mentes si
dijéramos que ellos no tuvieron que
pasar por estas circunstancias del temor. Ellos como nosotros, lucharon con el
miedo y la ansiedad acerca de la obra de Dios en sus vidas. Esta es, por
supuesto, la única explicación de por qué vemos esta palabra de “No Temas”
tantas veces a lo largo de las Escrituras.
Dios habla específicamente tanto a Moisés como a Josué antes
de numerosas batallas difíciles y sangrientas, diciéndoles: “No temáis”. David
le dice a su hijo Salomón, mientras contempla la responsabilidad de construir
un templo para Dios: “No temas… porque Jehová mi Dios, está contigo. Él no
te dejará ni te desamparará”. Dios le dice al rey Josafat, frente a una alianza
de ejércitos que viene contra Israel: “No temas… el Señor estará contigo”. Dios
habla a su pueblo Israel una y otra vez a través de sus profetas, diciéndoles
incluso en el exilio que no tengan miedo de venir a Dios en arrepentimiento y
fe.
En el libro de los Hechos, un ángel se le aparece a
Pablo quien va en un barco camino a la
prisión de Roma, habiendo estado ya dos años en prisión, y ahora el barco está
atrapado en una terrible tormenta y ¿Qué le dice el ángel? No le dice,
tranquilo Pablo, no hay nada de qué preocuparse”. No, el ángel dice: “No temas,
Pablo”. ¿Cómo comienza el ángel su discurso tanto a José como a María para
hablarles de su hijo que sería concebido por el Espíritu Santo? "No
temáis." Y Jesús mismo se dirige a Jairo inmediatamente después de recibir
la noticia de que su hija ha muerto y le dice: “No tengas miedo”.
La historia de la obra de Dios a lo largo de la historia
humana es la historia de Dios obrando en medio de situaciones aterradoras para
ayudar a su pueblo ansioso, confundido y herido. Es la historia de personas
asustadas que enfrentan pruebas terribles y dolorosas a través de una fe
inquebrantable en las promesas de Dios... aunque a veces pareciese no haber
salida al dolor, a no haber repuestas a las muchas oraciones.
¡No estás solo, hermano! El pueblo de Dios siempre ha
luchado con miedo, con preguntas, con dudas cuando se trata de los muchos
desafíos de vivir en un mundo difícil, complicado. Sin embargo, la respuesta
vuelve continuamente: ¡no hay necesidad de temer! ¿Por qué? Porque Dios está
con su pueblo. Dios siempre estará con su pueblo. Dios nunca abandonará a su
pueblo. Y si Dios es nuestro Dios, nunca hay razón para temer. Si Dios con
nosotros quien contra nosotros.
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