¡Lo reconozco me gusta el futbol!

Me gusta mucho el deporte pero en especial el futbol, y me gusta que gane mi equipo, el Real Madrid. Lo expongo públicamente porque parece que si eres cristiano no tienes derecho a que te guste el futbol y que simpatices con un equipo. ¿Por qué digo esto? Esta semana el Real Madrid gano al Manchester City la semifinal de la Champions y en la historias del Facebook puse una fotografía de este partido, y me paso algo que jamás podría imaginarme. Recibí una gran cantidad de mensajes recriminándome que los cristianos no tendríamos que ser hinchas de ningún equipo???  Por otro lado he leído por las redes como algunos “gurús” de la Biblia auguran lo peor para todos los cristianos que nos gusten el futbol, ya que para ellos somos todos unos idolatras.

Pienso que muchas veces se da este tipo de “exhortaciones” tratando de volver a los futboleros más ““espirituales”. Se puede tener un concepto equivocado de lo que es espiritualidad. Algunos creen que ser más espiritual es no ser hincha de un equipo deportivo, no ver la televisión, no practicar algún deporte, no ir de vacaciones o no ir a la playa. Desgraciadamente hoy en día existen muchas prohibiciones que no se mencionan en la Biblia y que son producto de doctrinas de hombres. Jesucristo dice: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15.8-9).

Es malo tratar de convertir las ideas, gustos personales o hobbies en “doctrinas” para infundir temores en las personas aprovechándonos del cargo en el que estamos, o aprovechando los medios tecnológicos a nuestro alcance. El que hace esto es un mentiroso y no agrada a Dios. La Biblia dice: “No añadas a sus palabras, para que no te reprenda y seas hallado mentiroso.” (Proverbios 30.6). Estas falsas enseñanzas en lugar de volver a los hermanos más espirituales los vuelven más reprimidos. Debemos formar en vez de reprimir. Enseñar el temor a Dios y no a los hombres. Dejar que el Espíritu Santo haga la obra en sus vidas y no nosotros por la fuerza. El Espíritu Santo de Dios “convencerá al mundo de pecado, justicia y juicio.” (Juan 16.8). No intentemos quitarle su trabajo a Dios.

Ahora, si hay que tener en cuenta un detalle que marca la diferencia: No es pecado ser hincha de tu equipo favorito, pero si puede serlo cuando este hobbies lo tienes como tu primera prioridad. ¿Tú prioridad es el futbol, o es Dios? En tu contestación esta la solución para todas esas dudas de que si está bien o mal ser hincha de un equipo deportivo.

También es bueno que nos hagamos algunas preguntas y seamos sinceros en nuestras respuestas: 1.- ¿Dejo de orar, de congrégame y de leer la Biblia por ver el futbol? 2.- ¿Me enojo y doy mal testimonio cuando pierde mi equipo? 3.- ¿Me mofo de los hinchas del equipo contario? 4.- ¿Ver el futbol me permite no cumplir con mis responsabilidades de esposo, padre o pastor?

Para el verdadero cristiano, Dios siempre será el primero en su vida. El primer y gran mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón...” (Marcos 12.30). No es “amarás al futbol con todo tu corazón”. Por lo tanto si algún deporte o cualquier otra cosa nos alejan de Dios y nos enfría espiritualmente debemos evitarlo y alejarnos de ello.

Si amas al Señor pídele que te dé madurez y equilibrio espiritual para saber cómo debes comportarte.  No es malo tener preferencias por algún equipo pero si llegar al fanatismo. Cuando Jesús dice que no somos de este mundo (Juan 17.16), no se refiere a que debemos dejar de hacer todas las cosas que hacen los inconversos, pues en ese caso tendríamos que dejar de comer, dormir, bañarnos o vestirnos ya que ellos también lo hacen. Jesús se refiere más bien a que no hagamos las cosas malas que ellos hacen. Cuando oró por sus discípulos al Padre, le dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17.15).

Me gusta el deporte, y ver los partidos de mi equipo favorito. Pero amo más al Señor. Aunque muchas veces he batallado en mi corazón con este tema, el amor de Dios, entender el sacrificio de Cristo, y mi responsabilidad con la iglesia local me ayudan en mis luchas para tomar las decisiones correctas. Disfrutar de un partido de futbol para mí no es ningún problema, lo disfruto, pero más disfruto de Jesús, es mucho mejor.