Los Demonios También creen en Dios

Casi todo mundo cree en Dios. Todas las religiones principales, aunque vivan en oposición unas con otras, creen en Dios. Los musulmanes, los hindúes, los budistas, los judíos, los de la Nueva Era, y hasta los satanistas creen en Dios. Las prisiones están llenos de los que creen en Dios. Asesinos en serie, violadores, esquizofrénicos, pandillas de criminales, y ejércitos implacables como el Ejército de Resistencia del Señor en Uganda, quienes secuestran, saquean, violan, mutilan y matan creen en Dios. Muchas religiones matan en el Nombre de Dios. En su Nombre, los judíos persiguieron y ejecutaron a los nuevos creyentes en Jesucristo. De hecho, ellos crucificaron a su Mesías en el Nombre de Dios. La tierra está en turbulencia hoy porque hay musulmanes que están matando en el nombre de Alá, su Dios.

A través de su historia, los verdaderos creyentes en Dios han sido perseguidos por los que dicen creer en Dios y en Jesucristo. A través de gran parte de la historia, el cristianismo nominal, la Iglesia Católica, los calvinistas, luteranos, presbiterianos, bautistas, congregacionalistas, anglicanos y tantos otros que profesan adorar y servir al Señor Jesucristo han perseguido y “matado” a muchos por su fe, porque sus víctimas no estaban doctrinalmente de acuerdo con ellos. Jesús les dijo a sus discípulos: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.” (Juan 16.2)

Uno puede creer en la existencia de Dios, pero ¿y qué? ¡Satanás de verdad cree en su existencia también! (Santiago 2.19) La gente parece creer que ellos merecen reconocimiento o crédito por creer en Dios. Ellos parecen opinar que son virtuosos y valiosos miembros de la sociedad porque ellos no son ateos y porque ellos aman a sus familias y tiene algún tipo de afiliación religiosa.

Pero ¿Qué dice Jesús acerca de la fe verdadera? Esta es su definición de la verdadera fe y fidelidad hacia Dios, la única que tiene valor para la humanidad: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5.12)

¿Usted “tiene al Hijo,” o simplemente “cree en Dios”?

Uno no puede tener verdadera fe en Dios mientras rechace al Hijo de Dios.

Hay muchos que se hacen llamar cristianos que “creen en Dios,” pero niegan que Dios tenga un Hijo. Añadiendo error a su error, ellos niegan que Jesucristo, el Hijo, sea Dios. No obstante, estos llamados cristianos “creen en Dios.” Su problema, y el problema de todos los que creen en Dios, es que ellos no tienen idea de quién es Dios y lo que Él define como la verdadera fe y adoración.

Para creer verdaderamente en Dios tal como se ha revelado, debemos creer en Jesucristo, quién es "el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia" (Hebreos 1.3). Jesús es Dios en la carne, y es a través de Él que Dios se ha manifestado a nosotros de una manera que todos podamos entender: "Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo" (Hebreos 1.1-2).  

 En la cultura moderna, una creencia general en Dios e incluso la devoción a Dios que nos conduce hacia el servicio de nuestros semejantes es aun socialmente aceptable. Sin embargo, una fe más específica en Jesucristo como la máxima y última revelación de Dios y el único camino hacia Dios, no es socialmente aceptable. Una creencia generalizada en Dios puede unir a judíos, cristianos y musulmanes con buena voluntad. Jesucristo, sin embargo, los dividirá (Mateo 10.34). La Biblia dice que uno no puede tener fe en Dios como realmente es, a menos que esa fe incluya a Jesucristo (Juan 14.6). Si alguien no honra a Jesucristo, no honra a Dios Padre (Juan 5.23).

Entonces el requisito es claro: creer en Jesucristo, en su vida en sus promesas. De la misma manera que un hijo admira, contempla e imita a su Padre terrenal, nosotros hacemos lo mismo con Cristo, nuestro Salvador, nuestro Señor y amigo. Cristo es el único camino a Dios.