Amigo sabes que “Jesús te ama y quiere salvarte”, “Dios tiene un plan maravilloso para tu vida”. Si una persona quiere ir al cielo le decimos repite esta oración conmigo y ya eres salva. Dios quiere darle una vida excitante. Dios quiere bendecirle. Dios quiere quitar todos sus sufrimientos y darle una vida feliz. Por supuesto que hay una verdad en esto. Pero lo que sucede, con esta clase de evangelio es que cambiamos el énfasis de la "salvación del pecado y del juicio" por "Dios quiere que Ud. sea feliz y bendecido". No nos enfocamos en el hecho de que nuestros pecados ofenden a un Dios santo, y que la Cruz es el único remedio. En cambio, el mensaje es más como un “talismán” que usamos a Jesús como un medio para tener una vida feliz y exitosa.
El apóstol Pablo escribió: "Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se
amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Timoteo 4.3).
Nunca ha habido un tiempo en la historia cuando esta Escritura se cumplió de
manera más abierta que hoy. Tenemos infinidad de maestros "divertidos
dando cosquillas a los oídos de los cristianos y recibiendo buen pago por ello.
Si les quitáramos la habilidad de causar "comezón de oír", muchos de
esos maestros y predicadores perderían su negocio de la noche a la mañana.
Ellos se quedarían sin nada que decir. En ningún lugar de la Biblia se usa este
método, Jesús nunca uso este método, debemos hacer lo que la Biblia nos enseña.
Las Sagradas Escrituras nos mandan que nos arrepintamos, que reconozcamos
nuestros pecados que nos acerquemos a Dios por medio de Jesucristo
El arrepentimiento es un requisito tan esencial como lo
es la fe para que la persona llegue a convertirse en un verdadero cristiano. El
arrepentimiento fue el primer mensaje en el ministerio de Juan el Bautista
(Mateo 3.2); el primer mensaje en el ministerio del Señor Jesucristo (Mateo
4.17); el primer mensaje en la iglesia primitiva por medio de Pedro (Hechos
2.38) y también ocupó un lugar prominente en las enseñanzas de los apóstoles.
Esto debe ser una enseñanza continua de cada cristiano. Aquellas personas que
escuchan decir “Jesús te ama y quiere salvarte”, sin antes estar conscientes de
su pecado y de la consecuencia de éste, pueden pensar de la siguiente manera:
¿Jesús quiere salvarme?… ¿De qué? ¡Si yo no he hecho nada!
Para que una persona de el primer paso hacia Dios, tiene
que ver el pecado como algo muy peligroso para su vida, y si no lo ve así va a
ser muy difícil que se arrepienta, ¿Y cómo se puede ver el pecado como algo
peligroso para nuestra vida?, utilizando la Ley de Dios. Si, los Diez Mandamientos,
estos nos harán ver que un día violamos la ley de Dios y que tenemos motivos
más que suficientes para arrepentirnos. Si no utilizamos la ley de Dios solo
encontraremos justificaciones, (si, todo el mundo lo hace, yo no hago daño a
nadie, después de todo no es tan malo),
y una cosa es segura cuando hay justificación hay pecado, porque si no
hay pecado no hay necesidad de justificarnos.
¿Entonces Dios no perdona a todo el mundo?, no,
rotundamente no, Dios perdona y ofrece su misericordia a las personas que se
arrepienten y se apartan del pecado, necesitamos entender esta verdad para
llevar a las personas de una forma genuina a los pies de Cristo.
Como Juan El Bautista nosotros preparamos el camino al
Señor, ¿pero donde llegaba ese camino en el que Jesús iba a caminar? Iba al
corazón del hombre, por eso Juan utilizaba la Ley de Dios para preparar ese
camino decía: Arrepentíos, dejar de
robar, dejar de extorsionar, dejar de calumniar, no codiciéis lo que no es
vuestro. Juan utilizaba la Ley para hacer ver que había algo en nuestra vida
por lo cual nos teníamos de que arrepentir.
El arrepentimiento fue el primer mensaje en el ministerio
de Juan el Bautista, el primer mensaje en el ministerio del Señor Jesucristo, y
el primer mensaje en la iglesia primitiva por medio de Pedro. Y este debe ser
el primer mensaje que debemos enseñar. Preparar el camino (Corazón) al Señor. Cuando
Dios Padre vio que el camino estaba preparado envió a su hijo para empezar su
Ministerio, y Juan le presento como “El Cordero de Dios que quita el pecado del
mundo” Antes de presentar a Dios a alguna persona tenemos que preparar el
camino de arrepentimiento para que Jesús encuentre ese camino que le lleve al
corazón de esa persona.
Ese es el verdadero camino que la Biblia nos enseña para
que más personas se acerquen a Dios de una forma correcta.
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