Estamos acostumbrados a oír en nuestras iglesias que la
disconformidad, los desacuerdo, la discordia, las contiendas o las disputas no
son de Dios, que la Biblia las condena, que quienes las practican no son
personas espirituales. Y todo esto es cierto; las disensiones son obras de la
carne (Gálatas 5.20) y no deben existir entre los cristianos. Sin embargo, no
conozco ninguna iglesia que no haya tenido algún problema relacionado con estos
temas, simplemente porque se trata de las relaciones entre personas pecadoras e
imperfectas, y en este enjambre de personas, es de esperar que esto suceda.
Pero las disputas y disensiones no solo ocurren entre
personas pecadoras e imperfectas, sino entre cristianos maduros e inmaduros, y
esto lo podemos ver entre los mismos apóstoles del Señor, precisamente entre
los más maduros y conocidos, Pedro y Pablo (Gálatas 2). Ellos dos tuvieron un
enfrentamiento serio debido a la actitud del apóstol Pedro.
La Biblia habla de diferentes disensiones entre hermanos y
de la necesidad que así sea. Es preciso que entre vosotros haya disensiones,
para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. (1
Corintios 11.19). El mismo Señor Jesucristo dijo que él no había venido para
traer paz a la tierra, sino disensión (Mateo 10.34-39).
Jesús nos da vida eterna y paz a los que son suyos, pero
nadie nos va a librar de batallar con disensiones entre creyentes. Es
precisamente cuando siempre hay paz entre todos que tenemos que preocuparnos.
Por lo general esto quiere decir que estamos comprometiendo la verdad del
Evangelio, y siendo cobardes o mirando por nuestros propios intereses.
Entonces, ¿Cuál es el lado bueno de las disensiones? ¿Para
qué sirven?
La iglesia de Corintios estaba dividida, entre otras cosas
en torno a la Cena del Señor (1Corintios 11.17-22). Cada vez que se reunían a
la hora de comer cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y mientras unos
se quedan con hambre, otros hasta se emborrachan (VS-21). No había unidad en
cuanto al principio de la Cena que era para, solemnemente, recordar la muerte
del Señor (VS-23-26). Y en el versículo 19, él dice algo muy interesante acerca
de las divisiones. Pienso que es el pasaje bíblico más impresionante acerca de
este tema. El versículo dice: “Porque es preciso que entre vosotros haya
disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son
aprobados”
Entonces basándonos en el texto anterior la pregunta sería: ¿Para
qué sirven las disensiones? La respuesta sería: Para revelar quiénes somos. Las
disensiones revelan el carácter de las personas que las practican. Sirven para
demostrar quiénes son los “aprobados”; es decir, los creyentes genuinos.
Pablo nos recuerda es preciso que entre nosotros haya disensiones,
para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. Las
dificultades ayudan a revelar el verdadero corazón de las personas dentro de la
iglesia y ayudan a comprobar a quienes son creyentes verdaderos y maduros de
aquellos que no eran creyentes, o si lo eran, no habían madurado y estaban
actuando en la carne.
Aunque las disensiones y contiendas sean precisas para manifestar los que somos aprobados, rindamos nuestra mente y corazón al Rey de Reyes para que al poseerlos, ÉL sea el único dueño de nuestra vida, y así las disensiones, con sus celos y contiendas, no tengan lugar.
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