Cierto día, en cierta reunión el pastor termino el culto
compartiendo las palabras del apóstol Juan en el libro de Apocalipsis donde
dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. El pastor termino
diciendo, ¿de verdad anhelamos la venida de Cristo? Bueno la verdad es que no
se oyeron muchos amenes, o por lo menos con mucho entusiasmo. En la pos-reunión
oí un comentario que reflejaba en la mayoría el entusiasmo y las ganas de la
venida de Cristo. Decía cierta hermana, ¡hombre yo no digo que Jesús no venga,
pero que espere un poquito para disfrute más de esta vida!
Creo que lo más importante en la venida de Cristo, es
estarle esperando. La venida de Cristo será de bendición solamente a aquellos
que le esperan preparados con dedicación y paciencia. La enseñanza sobre la
segunda venida de Cristo no tiene mucho tirón en algunas iglesias y en algunos
pastores.
En primer lugar porque están tan ocupados en la construcción de su
reino terrenal para que sea lo más rico y poderoso posible que la simple idea
de que Jesús pueda regresar y acabar con semejante tinglado les resulta
escalofriante para estas iglesias y pastores. Por otro lado predicar y enseñar
sobre la segunda venida implicaría ya ahora un cambio drástico de sus
prioridades y actuaciones.
Para los cristianos verdaderos la Segunda Venida tiene que
ser una espera gozosa y alegre. Ya entre
los primeros cristianos era común saludarse con la expresión “Maranatha” que lo
mismo podía significar el Señor viene o Ven Señor. Sabían que los grandes problemas de la humanidad
sólo serán reparados de manera total y definitiva cuando Jesús regrese.
Lo importante realmente es que recordemos que la única
esperanza definitiva del género humano está en Jesús el mesías y que Él
regresará. Si aún vivimos, algunos
sabemos que no faltará a su promesa de llevarnos con él. Si hemos muerto antes, ya estaremos a su
lado.
Pablo afirma, (1 Tesalonicenses 4.15) que, ya sea que Cristo
vuelva pronto o que tarde en aparecer, se encontrará con dos grupos de
creyentes: los vivos y los muertos. Los que durmieron; y los que estemos vivos
y que permanezcamos hasta la venida del Señor. Los que estemos vivos tenemos
una gran demanda de Parte de Dios, es estar preparados: (Mateo 24.42–44) Velad,
pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto,
que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir,
velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad
preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
No sé si usted le está esperando, pero Cristo viene por
segunda vez a buscar a los que le esperan. Los que le esperan serán los únicos
que sentirán gozo al verle venir. "Cristo…aparecerá por segunda vez…para
salvar a los que le esperan." Hebreos 9.28. Esa es nuestra bendita
esperanza. La segunda venida de Cristo donde seremos salvos para estar siempre
con Él (Tito 2.13).
Jesucristo anhela que tú esperes su venida y tengas
esperanza y seguridad que viene pronto. Que perseveres y estés preparado para
encontrarte con él. Que no te desanimes, y confíes en su palabra que viene por
ti, para recompensarte por ser su siervo.
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