La gran conspiración.

La pandemia de covid-19 ha traído mucha destrucción en la salud de las personas y en la riqueza del mundo. Nuestras vidas han cambiado drásticamente y se verán afectadas en un futuro imprevisible. Pero también ha traído muchas teorías de conspiración. Algunas de estas teoría pueden tener un poco de verdad en ellos y otros que solo pueden describirse como simple bulos.

Uno de los bulos que más fuerte ha pegado en la red es el de su origen en las redes 5G, tanto que incluso ha provocado que decenas de ciudadanos hayan atacado a las torres con estas antenas 5G. Por otro lado otros echaban la culpa a que un animal, murciélago o pangolín había sido el que  trasmitió el covid-19 que infecto a los humanos. Otros como el profesor Chandra Wickramasinghe, del Centro de Astrobiología de Buckingham, afirmó a principios de este año que una bola de fuego que cayó en el norte de China en octubre pasado es la fuente más probable de Covid-19.

Pero nada de todo esto puede compararse con la teoría de la conspiración más tonta de la historia. Estoy seguro de que sabes de lo que estoy hablando. Sucedió hace más de dos mil años. La historia cuenta que once hombres robaron un cadáver en medio de la noche de una tumba bien protegida y comenzaron a difundir el rumor de que este hombre había resucitado de entre los muertos.

Sin embargo, la Biblia nos dice exactamente qué sucedió: Apareció un ángel, quitó la piedra, y los dos guardias que estaban allí se desmayaron al ver al ángel.  (Mateo 28.2-4)

Estos dos guardias en lugar de ir al gobernador, buscaron el consejo de los sacerdotes, y en Mateo 28.13-14, descubrimos lo que se les dice que hagan.

"Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo.”. 

Es sin duda la conspiración más tonta de la historia. Sin embargo ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. (Mateo 28.15)

Existen algunas teorías de conspiración que te hacen preguntarte cómo puede la gente realmente creer esto.  Bueno, a veces las mentiras son más convenientes de creer que la verdad. Si Jesús realmente resucitó, entonces Él es Dios y todos ellos, sacerdotes y ancianos debían someterse a su señoría.

El hecho es que quienes organizaron la conspiración realmente sabían que Jesús había resucitado de la muerte. No había duda en sus mentes. Los fariseos lo sabían y también los soldados. Y, sin embargo, los fariseos, en lugar de arrepentirse y creer, decidieron mentir para aferrarse al poder, y los soldados decidieron ganar algo de dinero.

Mateo sigue inmediatamente esta historia con la gran comisión por una simple razón, para que la gente no puede creer a través de los milagros, sino solo al escuchar el Evangelio.

El hecho de que Jesús solo se apareció a las personas que creían en Él es desconcertante para muchos, pero demuestra el punto anterior. 

¿Por qué no se presentaría a esta reunión entre los soldados y los fariseos e instantáneamente derribaría esta tonta teoría de la conspiración? ¿Por qué no aparecería ante más de 500 personas, incluidos todos los escépticos?

Porque Dios ha ordenado, en su sabiduría infinita, salvar a las personas a través de la proclamación del Evangelio en lugar de realizar milagros. Los milagros, aunque tenían la capacidad de validar el mensaje de los apóstoles por un corto tiempo, no tenían la capacidad de convencer a un corazón duro de creer. En cambio, Jesús se quita a sí mismo, dejando al Espíritu Santo que obra a través de las palabras de su pueblo a medida que van por todo el mundo para hacer discípulos. 

Es muy importante para nosotros creer esta verdad. Las mismas personas que sabían con certeza que Jesús resucitó de entre los muertos terminaron rechazándolo por cosas temporales. Esto prueba el hecho de que está en la naturaleza del hombre rechazar el Evangelio y creer en las tontas teorías de conspiración, sin importar cuánta evidencia se muestre. Es por eso que la gran comisión es la única forma en que las personas pueden salvarse y es nuestro deber como sus seguidores salir y hacer discípulos.