Durante miles de años, el hombre ha estado haciendo
preguntas sobre su existencia, sobre sus comienzos. El hombre se mira a sí mismo y se pregunta de
dónde vengo. ¿Cómo llegué aquí? ¿Por qué soy como soy? La búsqueda del hombre
por sus comienzos implica necesariamente hacer preguntas sobre el comienzo de
todas las cosas. El hombre siente la tierra debajo de sus pies, respira
profundamente oxígeno en sus pulmones, mira hacia arriba y ve el sol, la luna y
las estrellas y se pregunta de dónde vino todo esto. ¿Cómo llegó esto aquí? ¿Cómo y por qué existe todo esto?
Y entonces el hombre busca respuestas. El hombre estudia la
naturaleza; el hombre estudia animales; el hombre estudia la civilización
antigua, el hombre estudia al hombre en busca de respuestas sobre la vida. Pero ¿Qué encuentra?
El hombre mira a las lejanas estrellas y planetas en busca
de respuestas. Las naciones gastan miles de millones de euros cada año lanzando
cohetes, satélites y transbordadores al espacio exterior en busca de la respuesta
a nuestros comienzos. Solo este año, EE.UU se ha gastado 16.000 millones de
dólares aproximadamente para que la NASA continúe la exploración y el
descubrimiento espacial.
Hace unos días un equipo internacional de astrónomos ha
descubierto un nuevo sistema solar con siete planetas del tamaño de la Tierra.
Está a unos 40 años luz de nosotros, en torno a una estrella tenue y fría de un
tipo conocido como “enanas rojas”. En la Vía Láctea, esta clase de astros son
mucho más abundantes que las estrellas como el Sol y, recientemente, se han
convertido en el lugar predilecto para buscar gemelos terrestres que podrían
albergar vida, según explicaron los investigadores y responsables de la NASA en
rueda de prensa. "La cuestión ahora no es si encontraremos un planeta como
la Tierra, sino cuándo", han asegurado. Los investigadores han catalogado este
descubrimiento como un " gran paso en la búsqueda de vida en el
universo".
Lo más triste de todo esto, es que la respuesta que el
hombre está buscando no se encuentra bajo un microscopio en un laboratorio; ni
esta respuesta se encuentra en algún planeta distante en algún lugar del vasto
universo.
No. La respuesta está justo en frente de nosotros. Lo
tenemos en nuestras manos. Como el apóstol Pablo explicó a los atenienses El Dios
que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, es Señor del cielo y de la
tierra. No vive en templos hechos por los hombres, ni necesita que nadie haga
nada por él, pues él es quien nos da a todos la vida, el aire y las demás
cosas. De un solo hombre hizo él todas las naciones, para que vivan en toda la
tierra; y les ha señalado el tiempo y el lugar en que deben vivir.
(Hechos17.24-26). Dios hizo todo esto para que los hombres los reclamen, y para
que busquen a Dios, y quizá, como a tientas, puedan encontrarlo, aunque en
verdad Dios no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Dios vivimos, nos
movemos y existimos. (Hechos 17.27-29).
Si de verdad quieres conocer sobre la existencia del hombre
o como empezó todo, el libro de Génesis en la Biblia nos da todas las
respuestas, nos cuenta la historia de nuestros comienzos y de los comienzos del
mundo. Cuenta la historia del comienzo de toda la vida; habla sobre los
comienzos de la civilización; habla sobre los comienzos del pecado, el mal y la
muerte. Pero lo más importante de todo es que nos cuenta sobre el comienzo del
Evangelio de Jesucristo.
¡Dios tiene las respuestas a tus preguntas, ya que Él mismo
es la respuesta!
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