No me cansare de decir que estoy un poco harto y triste de
ver vídeos, fotos y noticias manipuladas en las redes sociales, y lo peor es la
cantidad de usuarios que las comparten y dan su visto bueno solo por su
atractivo o impacto social, y sin tan siquiera se paran a comprobar sin son reales
o falsas. Alguien me decía que las noticias falsas siempre han existido, pero también
es verdad que hoy en día son más peligrosas como consecuencia de la
viralización que consiguen las publicaciones en las redes sociales.
Muchas
veces es tan delgada la línea que separa las noticias verídicas de las falsas
que tenemos que ser inteligentes y comprobar detenidamente todas estas clases
de noticias, que las compartimos solamente porque concuerdan con nuestras
ideas, políticas, religiosas, deportivas, o culturales y solo por eso se las
hacemos participes a todos nuestros “amigos”.
La pregunta es ¿Cómo podemos verificar que esa noticia es falsa
o es verídica?
Lo primero que hay que mirar es quién lo publica. Si nunca
has oído hablar de ellos y si se dedican a algo que nada tiene que ver con la
noticia, desconfía.
La segunda clave para identificarlos es si alguien más lo ha
publicado. Porque si sólo lo difunde una fuente algo raro hay, porque si no
aparece en periódicos de tirada nacional, en la televisión o en la radio, tiene
más probabilidades de ser falsa.
La tercera pista para destapar bulos es comprobar si la
noticia se trata de un 'corta-pega' sin ninguna fuente.
Pero si soy honesto, aunque estas noticias falsas me
preocupan, hay unas noticias que me preocupan más, y es porque está en juego
nuestra vida presente y la esperanza para el futuro. Me refiero a los falsos
evangelios, y digo falsos porque atentan contra una verdadera vida cristiana de
victoria. Y es que últimamente proliferan una serie de mal llamadas “iglesias”
que con doctrinas erradas, anti-bíblicas, tales como que hay muchos caminos
para llegar a Dios, eliminar el infierno, la enseñanza que añade obras
religiosas humanas a la obra consumada de Cristo en la cruz como elementos
necesarios para la salvación o la enseñanza que presenta la gracia como una
licencia para pecar, doctrinas que lo único que hacen es buscan alejarnos de
esa vida victoriosa a la que hemos sido llamados.
¿Pero cómo se fabrican estas doctrinas falsas? ¿Cómo saber
si están torciendo o manipulando la Biblia? Toma nota:
1.- No tomar en cuenta al autor, los destinatarios ni el
propósito del libro.
2.- No tomar en cuenta el contexto, los versículos y capítulos
anteriores y posteriores.
3.- No darle la
interpretación literal y natural del texto.
4.- Tomar todo alegóricamente, como se sienta en ese
momento, y lo que usted quiera y le parezca.
5.- Tomar partes aisladas del texto que le convenga y las
que no darle una interpretación alegórica para que apoye lo que usted afirma.
6.-Pensar que los destinatarios somos nosotros, ahora en
este momento.
8.- Tomar el lugar del autor.
9.- Filtrar la Biblia con mis conclusiones.
10.- Tomar siempre el estudio con la meta de asimilar
información y no aplicación.
Sabemos cómo se “fabrican” estas falsas doctrinas, ahora
deberíamos saber porque hacen tanto daño en muchas iglesias. La respuesta está
clara, la palabra de Dios dice que su pueblo pereció por falta de conocimiento,
(Oseas 4.6), un conocimiento no solo de
su amor, misericordia y paz, si no que no pudieron defender sus creencias y convicciones
por falta de entrega, pero también por falta de conocimiento y profundidad en
su palabra, por lo cual muchos han renegado de su propia fe, sé han desviado
del verdadero camino, pero más fuerte todavía es ver que por no preocuparse por
aprender de la palabra hay muchos que se “mueren” por esa misma falta de
conocimiento.
No tenemos excusa ya, conocemos como se “fabrican” y como “detectarlas”
y lo más importante, tenemos el manual que nos va aclarar lo bueno de lo malo,
la verdad de la mentira. Este post es una ayuda, pero la Biblia es la guía
máxima que debes leer, estudiar y escudriñar, para detectar cualquier doctrina
falsa que nos quieran colocar. No seas un olvidadizo sino un hacedor de la
palabra de Dios.
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. Muuuuchaaaaaassss Beeeeeeedicioneeeeeesssss
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