En esta última semana y después de las últimas elecciones
municipales y autonómicas no se habla de otra cosa sino de cambios debido a que
algunos partidos han desbancado de sus poltronas a los que estaban gobernando.
Muchos de esos cambios serán buenos,
otros no lo serán tanto, unos serán duraderos, otros no tanto.
Pero yo quiero hablaros de otro cambio, de un cambio que
afecto a mi vida de una forma tremenda. Tengo 60 años de los cuales la mitad de
estos años los pase viviendo de una forma desenfrenada, todo lo que tocaba lo
estropeaba, trabajo, amistades, familia, y llego un momento en el que todos me
abandonaron, cuando me vi sin salida intente buscarla sin ninguna esperanza,
hasta el punto de pensar que mi fin se estaba aproximando. Después de deambular durante algunos años de ciudad en ciudad, sin
encontrar ninguna salida a mi situación, alguien me hablo de que mi vida podía
cambiar, y lo mejor de todo lo que me estaban hablando es que yo personalmente
lo estaba viendo con mis propios ojos, personas que habían pasado por mi misma
situación ya no eran iguales, algo especial veía en ellos, y eso me animo a da
el paso decisivo en mi vida.
Para mí una persona que presumía de ateo me era muy difícil
entender y sobre todo aceptar que Dios podía cambiar mi vida, lo veía tan
complicado, pero por otro lado estaban esas personas que habían estado en la misma encrucijada que yo, y que un día decidieron dar ese paso,
¿Qué me costaba probar? No tenía nada a mi favor, ni familia, ni amigos, solamente
esos hombres que con mucho amor me hablaban de un verdadero cambio. Sin
entender mucho acepte a Jesucristo como Señor y Salvador de mi vida, fueron
tiempos duros, de muchas dudas, hubo momentos de tener ganas de abandonar, de
dejar todo, pero sin saber cómo y día a día mi vida fue cogiendo un ritmo
diferente. Entendí que el Evangelio me ofrecía una alternativa de cambio válida
para mi vida si aceptaba sin prejuicios su mensaje. Jesús es el mayor factor de
cambio que el mundo jamás haya conocido. Su palabra es portadora de luz, vida y
libertad.Jesucristo trastoco mi visión que tenia del mundo y el
orden de valores de cuantos creemos en El.
¡Y aquí es donde se produjo mi verdadero cambio!
Jesús me enseño a valorar más el ser que las cosas, la vida
más que las posesiones materiales, disfrutando aquí, ahora, de paz interior y
felicidad.
Quizás el cambio que
prometen esos partidos sean solamente de palabras, no duraderos, superficiales,
pero una cosa quiero que sepas que el cambio que ha habido en mi vida si es
real, cuando empecé a experimentar este cambio alguien me dijo, “una moda mas”
después de 30 años sigo hay en la brecha, haciendo realidad cada día, cada
hora, cada minuto este cambio que habido en mi vida, y sé que vendrán momentos
complicados, difíciles, pero como dijo alguien hace ya más de 2000 años: “No
que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo
adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado
por Cristo Jesús”.(Pablo de Tarso).
Te invito a experimentar un verdadero cambio en tu vida. Este
momento es tan bueno como cualquier otro. ¿Por qué esperar? Cuanto antes mejor,
habla con Jesús como lo harías con un amigo. Dile que reconoces que tú eres
parte del problema, y que confías en su poder transformador para cambiar tu
vida.
La Biblia afirma que el que se une a Jesucristo en la
aventura de la fe es una nueva persona. "Las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5.17)
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