Este fin de semana se ha celebrado las 34 ediciones de la
feria internacional de arte contemporáneo, ARCO. Una de las obras allí
expuestas era un vaso de agua en una pequeña estantería. Hay varias cosas que
me llamaron la atención de esta “obra de arte”, primero el precio 20.000 euros,
segundo lo poco que hace falta para convertirse uno en artista, y lo tercero es
el pesimismo del autor, el cubano Wilfredo Prieto,
pues veía el vaso medio lleno, y esto me habla que pese a la sencillez de la
obra, y a su elevado precio está
convencido de que podía venderla.
Muchas personas ante un vaso con líquido hasta la mitad, ven
el vaso medio lleno y por el contrario otros lo ven medio vacío. La diferencia
está en cómo nos tomamos las situación que vivimos, si no lo tomamos con pesadumbre,
tristeza y desazón veremos siempre el vaso medio vacío, pero si nos tomamos la
vida con optimismo, alegría y esperanza veremos siempre el vaso medio lleno. El
vaso es el mismo, lo que cambia es nuestra manera de tratar cada situación.
Muchas veces nos quejamos porque no tenemos algunas cosas,
pero sin embargo no vemos algo muy importante y es aquello que si tenemos.
Es como ver el vaso medio lleno o medio vacío. Si estamos
viendo todo aquello que no tenemos estamos viendo el vaso medio vacío.
Si estamos siempre haciendo énfasis en nuestras virtudes en lo que tenemos estamos viendo el vaso medio lleno.
Lo importante aquí, además de hacer la distinción, es
aprender a ser capaz de ver el lado positivo de las cosas, el lado amable, lo
bueno que sacamos, lo que aprendemos, lo importante aquí es lograr que veamos
el vaso medio lleno para que así, veamos en general un mundo mucho mejor.
Escuchar estas
palabras, “No me ha ofendido un enemigo, cosa que yo podría soportar; ni se ha
alzado contra mí el que me odia, de quien yo podría esconderme. ¡Has sido tú, mi propio camarada, mi más
íntimo amigo, con quien me reunía en el
templo de Dios para conversar
amigablemente, con quien caminaba entre la multitud! [1]
Estas quejas son de David, por una traición impensada. Le habían amenazado, sentia miedo,intrigas, y una necesidad muy fuerte de esconderse de tanta agresión, pero la traición no había venido de un adversario, si hubiera sido así seria mas predecible y más sencillo de asimilar. La humillación y el insulto habían llegado de un amigo cercano, de quien se esperaba consuelo y aliento.
Cualquiera de nosotros frente a una agresión tan grande, ¿Cómo
hubiéramos actuado?, seguro que enseguida nos vendría ideas de cómo vengarnos, como
satisfacer nuestro honor e intente destruir a quien nos falló de una manera tan
grosera. David siendo el rey de Israel tenía el poder la potestad
para buscar un desagravio y liquidar a sus ex amigos. Pero en esta
situación tan complicada y difícil es donde David nos enseña y nos
muestra por qué él era un hombre conforme al corazón de Dios. A pesar del
terrible dolor que sentía, a pesar de lo difícil del momento que estaba
viviendo, David encomienda su causa a Dios no toma venganza, sino que descansa en Dios. Por eso es que él ve el vaso medio lleno, ante tantos problemas, busca la parte buena.[2]
David prefiere contar
las cosas buenas que le estaban pasando, en lugar de enfocarse únicamente en el
dolor por la agresión de su ex amigo, estaba viendo el vaso medio lleno.
Muchos de nosotros hacemos lo contrario, nos
centramos en el problema o en la agresión y solo pensamos en lo negativo, en el
daño que se nos ha hecho, y eso es ver el vaso medio vacío.
Sé que muchas veces los problemas, las situaciones por la
que atravesamos nos hace ver el vaso medio vacío, pero recuerda el vaso siempre
es el mismo lo que va a cambiar de ver una cosa de la otra es nuestra manera de ver las cosas.
Una de las constantes en mi vida es que siempre veía el vaso
medio vacío, no importaba si tenía, dinero, trabajo, comodidad, siempre lo
mismo, el vaso medio vació, pero cuando acepte a Cristo en mi vida, el vaso medio vacío se convirtió en un vaso medio lleno cuando comencé a ver lo que Dios me había dado: perdón, aceptación, amor, adopción e inclusión.
Hoy me regocijo cuando veo cómo los vasos medios vacíos de
otras personas se convierten en vasos medio llenos cuando comienzo a ver como Dios puede cambiar una vida desordenada, sin esperanza, en una nueva vida, llena de amor, esperanza e ilusión.
Ansío el día cuando el Cristo ascendido reaparezca, y
entonces todos finalmente veremos nuestros vasos ya no como vasos medio vacíos
o medio llenos, sino totalmente llenos.
[1].- Salmo 55.12-14
[2].- Salmo 55.22
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