Vivimos en una sociedad en la cual, es muy difícil puntualizar lo que es bueno y lo que es
malo. Muchos han llegado a la conclusión que es cada uno quien define lo que es
bueno y lo que es malo y eso nos ha puesto verdaderamente en un callejón sin
salida. En las conversaciones frecuentes se tocan temas que hace algún tiempo
eran claramente malos y que ahora son buenos.
Escuchamos, por ejemplo, a
personas que dicen “Me dieron más dinero que el que me debían dar, más cambio
del que me debían dar”, y lo celebran vez de reconocer que es malo quedarse con
un dinero que no es nuestro, y los amigos le dicen “Que suerte la tuya”, “Que
lástima que a mí no me dan nunca de mas”. En vez de entender que eso no es
correcto. Y que me dice de los
trabajadores, que está dispuesto a quedarse más tiempo en su trabajo, que está
dispuesto a dar un poco más de lo que debe dar, que sigue el ejemplo de caminar
la segunda milla y esforzarse más, y los
demás compañeros vienen y le dicen que no sea “pelota”, que no sea chaquetero,
que les está complicando la vida. A lo bueno lo llaman malo.
Los sistemas éticos actuales han cambiado la escala de
valores. Los que buscan el placer como supremo bien para alcanzar la felicidad,
no analizan si lo que está haciendo esta desaprobado por las leyes divinas, por las
leyes morales, o por las buenas costumbres de la sociedad. Es por esta razón
que el consumo de drogas, uso de alcohol, prostitución, deshonestidad,
adulterio, homosexualismo, lesbianismo, pornografía, adulterio, relaciones
sexuales prematrimoniales, etc, están siendo considerados como “actos
normales”. Recordemos que el hecho que la sociedad acepte como aceptables
ciertos actos malos, no nos exime de nuestra culpabilidad.
Algunos sostienen en
la actualidad que “Nadie puede decidir por otro lo que es bueno o malo”. Sin
embargo, para los creyentes cristianos, debemos tener en la Biblia, nuestra guía para las reglas morales. Recordemos que sin
Dios y sin las normas que fueron dictadas para nuestro bienestar, vamos directo
al fracaso y al sufrimiento.
Cómo podemos nosotros establecerlo lo que es bueno o malo, lo blanco de lo negro, lo correcto de lo incorrecto. Muchos hablan de que dicen mentiras
suaves, o medias verdades. No existen medias verdades ni medias mentiras. Hay
mentiras y hay verdades, simplemente. “Ustedes son la luz del mundo, el
que me sigue dijo Jesús no andará en tinieblas sino que tendrá la luz de
la vida”. [1] Jesucristo nos enseñó con claridad, que es Él quien establece lo que es bueno y lo que es
malo, no es la cultura, no es la sociedad. Lo bueno o lo malo lo establece
Jesucristo, Dios en su Santa Palabra nos dice claramente lo que debemos
hacer y lo que no debemos hacer. Tenemos
un claro ejemplo en la Biblia, ¿cómo sabía Adán y Eva lo que era bueno y lo que era malo al
principio? el Señor les dijo claramente lo que era bueno y lo que era malo. En
el principio Dios les dio este: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero
del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de
él comas, ciertamente morirás”. Y morirás significa serás separado de la
relación conmigo, muerte significa separación. [2]
Si no tomamos la Palabra de Dios, la Biblia, como nuestra
regla, pronto todas las alternativas morales de la vida nos parecerán confusas. Sin Dios, vamos
directo al fracaso.
[1].- Juan 8.12
[2].- Génesis 2.16
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