En tres días se pueden hacer muchas cosas, se puede ir de
vacaciones, puedes dedicarlos a descansar, viajar, o hacer algo que normalmente
no lo puedes hacer porque nuestro trabajo o estudios nos impide hacerlo.
Pero hay tres días que marcaron la historia de la humanidad.
En estos tres días Jesucristo fue: perseguido, vendido, acosado, arrestado,
acusado, enjuiciado, entregado azotado burlado, crucificado sepultado y
llorado.
Pero al tercer día Jesucristo fue resucitado:
“En primer lugar os
he dado a conocer la enseñanza que yo también recibí. Os he enseñado que Cristo
murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que lo sepultaron y que
resucitó al tercer día, como también dicen las Escrituras” (1 Corintios 15.3-4)
Y este fue guiado por Dios para la salvación de todos los
hombres:
“Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel,
que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a
quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra
presencia sano. Este Jesús es la piedra
reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del
ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. (Hechos 4.10-12)
Y El nos prometió su presencia hasta el final del mundo:
Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo. (Mateo 28.20)
Como veis fueron tres días que cambiaron los corazones de
muchos hombres y mujeres que le reconocimos como Señor y Salvador de nuestras
vidas.
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