Llevo unos fines de semana ajetreados pero de gran bendición
para mi vida y la vida de mi familia. Os
cuento, hace unas semanas estuvimos con nuestra hija Paula en inGame Experience , un evento de tecnología y videojuegos, la tuvimos que acompañar porque era necesario
la presencia de un mayor para poder entrar. Esperaba aburrirme, pero fue un tiempo especial de cinco horas de pie
disfrutando, riéndome, gritando, sacando fotos, corriendo de un lado para otro, en resumen no lo pasamos “bomba”.
Este fin de semana pasado también la hemos acompañado en su fiesta particular por la victoria de su equipo favorito, y aunque yo soy del eterno rival ha sido también un tiempo provechoso, porque entre otras cosas hemos comentado que las personas pueden divertirse sin hacer excesos, en fin un tiempo especial donde creo haber conocido un poco más a mi hija.
Este fin de semana pasado también la hemos acompañado en su fiesta particular por la victoria de su equipo favorito, y aunque yo soy del eterno rival ha sido también un tiempo provechoso, porque entre otras cosas hemos comentado que las personas pueden divertirse sin hacer excesos, en fin un tiempo especial donde creo haber conocido un poco más a mi hija.
Quizá no he tenido la oportunidad de hacerlo antes, porque nuestra hija no era lo suficiente mayor para asistir a estos eventos, aunque pasábamos tiempo juntos en casa, si me ha servido todo esto para aprender, que lo importante no es la cantidad de tiempo que pases con tus hijos, sino la calidad del tiempo.
¿Qué quiere decir tiempo de calidad?
Calidad es conocer mejor a tus hijos, pasar ratos juntos, estos son ideales para que descubras más y mejor a tu hijo, cuales son las cosas que le preocupan, si tienen algún problema, si existe alguna irregularidad que no se atreva a contarte directamente, las actividades conjuntas son ideales para descubrir si existe algo que les preocupe a tus hijos.
Al estar cerca de ellos escuchas todo lo que te dice, prestas atención a sus palabras y también a la comunicación no verbal. A veces sus gestos o sus movimientos te dicen mucho más que sus palabras. Aprovecha el momento y cuéntale a él/ella, como te ha ido a ti el día, qué cosas has hecho, ábrete a tu hijo para que también él se abra a ti.
En esta vida tan ajetreada es fácil distraerse e incluso olvidar a veces la misión más importante que tenemos los padres: nuestros hijos, para acompañarlos en su formación como personas íntegras, capacitarlas para enfrentarse a un mundo difícil, complicado y adverso o contrario a nuestros principios. Por tanto, nuestros hijos han de ser lo más importante y deben estar en el número uno de nuestra lista de prioridades. Los hijos demandan todo de los padres: apoyo, estímulo, orientación, firmeza, paciencia, además en su acompañamiento requieren diálogo constante y la ayuda necesaria para crecer y desarrollarse correctamente, por lo que se puede afirmar que no solo hay que pasar tiempo con ellos, sino tiempo de calidad. y buscar todo el tiempo que requiera para acompañar el proceso de crecimiento y desarrollo de nuestros hijos.
La verdadera calidad de tiempo con los hijos surge de los más insignificantes hechos de la vida cotidiana, por lo que hay muchas oportunidades que se pueden aprovechar para un contacto sólido y duradero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario