Estaba haciendo una entrega a un cliente, cuando una persona
de edad avanzada se dirigió a mí con el siguiente comentario, “lo que ha
cambiado esto, antes era todo diferente yo también trabajaba de repartidor
conduciendo, pero tenía un ayudante, ahora ya no, solo vais uno”. Esto me izo
recordar que hay muchas cosas antiguas que eran muy buenas y que por un motivo
o por otro se han perdido.
Yo, no es que
fuese un “joven modélico” pero si tenía ciertos valores, que por encima de todo
los respetaba. El respeto por mis padres, por mis vecinos, por los mayores, la
honestidad, la amistad, el honor, el gusto por las cosas bien hechas, todo esto
no era algo excepcional en mi, se hallaba en las mayorías de las personas, la gente de antes tenía menos libertad, eran
menos las posibilidades de elección, pero, indudablemente, su responsabilidad
era mucho mayor. No soy de los que
piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero hoy día es una afirmación
plenamente aceptada por muchas personas. ¿Y por qué? Porque muchos de esos
valores se han perdido.
Algo parecido ocurre en el campo espiritual es verdad que en los últimos años han surgido
nuevos grupos “cristianos” con reglas más modernas, con exigencias más
flexibles, con recomendaciones más acorde al siglo actual, pero carecen del
poder para dar la paz y felicidad al alma porque no poseen el verdadero mensaje
de salvación, por eso las palabras del profeta tiene tanto valor en estos tiempos. “dice,
paraos en los caminos y mirad preguntad por las sendas antiguas cual sea el
buen camino y andad por él y hallareis descanso para vuestra alma [1]. Es
verdad que la Biblia es una palabra antigua, porque ha sido dada por Dios a los
antiguos, pero de ningún modo es anticuada, porque contiene un mensaje vigente,
el mensaje que todo hombre es pecador y necesita volverse a Dios.
¿Pero cuál es
el verdadero camino? Jesús dijo yo soy
el camino y la verdad y la vida nadie viene al padre sino es por mí [2], la
única senda el único camino que conduce con seguridad al cielo, el único
sendero que trae paz al alma es Cristo Jesús,
volvamos a las sendas antigüas, volvamos al verdadero mensaje de salvación.
[1].- Jeremías 6.16
[2].- Juan 14.6
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