Ayer sábado estuvimos haciendo algunas compras, mientras Cochi y Paula estaban liadas yo me
dedicaba a observar cualquier detalle a mí alrededor. Unas de las cosas que me
llamo la atención, y que al cabo de la tarde lo pude ver en varias ocasiones es
que la gente le encanta enfadarse y discutir por cualquier detalle, se sienten ofendidas frecuentemente y por
cosas poco importantes.
Quizás sea debido a las situaciones “difíciles” que
estamos viviendo la gente está muy
susceptible.
Todos, cristianos y
no cristianos, en algún momento puntual o durante un período de tiempo más
corto o más largo y por causas más o menos justificadas, hemos sucumbido ante
el enfado. Nos enfadamos con los hijos, con los amigos, con la pareja, con el
trabajo, con la vida. Según pasa el tiempo el enfado coloca a las partes en
posiciones más enfrentadas y hace nuestros esfuerzos más ineficaces.
La Biblia no nos dice que no nos podamos enfadar pero,
debemos controlarlo apropiadamente si somos descuidados al hablar, el enojo
herirá a otros y destruirá las relaciones. Si las guardamos, motivará amargura
y nos destruirá por dentro si alimentamos nuestro enojo, daremos a Satanás la
oportunidad para dividirnos.
¿Está molesto con alguien en este momento? ¿Qué puedo hacer para resolver las diferencias?
¿Está molesto con alguien en este momento? ¿Qué puedo hacer para resolver las diferencias?
No deje que termine el día antes de solucionar tu enfado,
habla con esa persona, pídela perdón, no dejes que el orgullo te impida pedir
perdón, el mal genio mete a la gente en problemas, pero el orgullo la hace que
siga teniendo esos problemas, y si una persona se ha enojado injustificadamente
contigo, perdónala, y si nosotros nos hemos
enojado con alguien llámala y pídela perdón.
Recuerda que el amor, la humildad y la oración resuelven
todos los problemas, y que, en la medida
en que tú perdones a los demás sus pecados, así te perdonará tu Padre celestial
los tuyos. [1], y hazles a los demás
como quieras que hagan contigo, [2], porque ésa es la ley divina del Amor. Que
Dios nos ayude a tener amor y amabilidad y a perdonar, y a no enojarse ni
alterarse.
[1].- (Mateo 6.14-15)
[2].- (Mateo 7.12)
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