No sé si a ti te ha pasado alguna vez que has tenido alguna
conversación con amigos, familiares, compañeros de trabajo y has querido que
entiendan algunos temas que para Dios y para nosotros son abominables pero que para ellos son
normales, me refiero al aborto, homosexualidad, fornicación, adulterio, etc.
Pues después de mucho tiempo he entendido que
lo estaba haciendo mal, quería que las personas entiendan y vivan una vida cristiana, sin
conocer a Dios.
Estaba cambiando las
prioridades, porque nuestro trabajo
consiste primordialmente en predicar las buenas nuevas, llevando a la gente a
un conocimiento de Dios. Enseñado a través de la Biblia como vivir en los
caminos de Dios y cómo ser pueblo suyo. El propósito no consiste en reformar al
mundo porque el mundo no puede ser reformado. Nuestra tarea consiste en evangelizar, predicar el
evangelio a los hombres cegados por el pecado, y una vez que se arrepienta y
Dios haga el milagro en su vida, y traiga una profunda convicción de pecado,
estará dispuesto a escuchar y dialogar sobre el daño y lo perjudicial que son
ciertos temas que por otro lado parecen normales.
Las prioridades de las personas que no conocen a Dios, son
totalmente diferentes de las que sí lo conocemos, o al menos deberían serlo.
Para la mayoría de las personas sus prioridades tienen algo que ver con esta
vida terrenal, llámese dinero, placer, diversión, etc. En cambio las
prioridades de los cristianos es que la Palabra de Dios y la oración sean lo
primero y más importante en nuestra vida.
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, y predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. [1]
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, y predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. [1]
Jesús no cambio las prioridades, cuando vio a las multitudes
tuvo compasión, porque eran como ovejas
que no tenían pastor, pero no dijo a sus discípulos que orasen por ellos ni
nada parecido, les dijo “orad para que Dios envié personas que les hablen del
evangelio”, esa tiene que ser nuestra prioridad, hablarles del evangelio, que
tengan un verdadero arrepentimiento, que conozcan a Dios, y puedan
descubrir el propósito de Dios para su
vida, insertando la Escritura en sus corazones y mente usándola para
"pensar los pensamientos de Dios" y así, tomar decisiones sabias para
su vida.
[1].- (Mateo 9.
35-38)
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