19 mayo 2013

No cambiar las prioridades


No sé si a ti te ha pasado alguna vez que has tenido alguna conversación con amigos, familiares, compañeros de trabajo y has querido que entiendan algunos temas que para Dios y para nosotros  son abominables pero que para ellos son normales, me refiero al aborto, homosexualidad, fornicación, adulterio, etc. Pues después de mucho tiempo he entendido que  lo estaba haciendo mal, quería que  las personas  entiendan y vivan una vida cristiana, sin conocer a Dios.  


Estaba cambiando las prioridades, porque  nuestro trabajo consiste primordialmente en predicar las buenas nuevas, llevando a la gente a un conocimiento de Dios. Enseñado a través de la Biblia como vivir en los caminos de Dios y cómo ser pueblo suyo. El propósito no consiste en reformar al mundo porque el mundo no puede ser reformado. Nuestra tarea  consiste en evangelizar, predicar el evangelio a los hombres cegados por el pecado, y una vez que se arrepienta y Dios haga el milagro en su vida, y traiga una profunda convicción de pecado, estará dispuesto a escuchar y dialogar sobre el daño y lo perjudicial que son ciertos temas que por otro lado parecen normales.

Las prioridades de las personas que no conocen a Dios, son totalmente diferentes de las que sí lo conocemos, o al menos deberían serlo. Para la mayoría de las personas sus prioridades tienen algo que ver con esta vida terrenal, llámese dinero, placer, diversión, etc. En cambio las prioridades de los cristianos es que la Palabra de Dios y la oración sean lo primero y más importante en nuestra vida.
 

Jesús  recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, y predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. [1]

Jesús no cambio las prioridades, cuando vio a las multitudes  tuvo compasión, porque eran como ovejas que no tenían pastor, pero no dijo a sus discípulos que orasen por ellos ni nada parecido, les dijo “orad para que Dios envié personas que les hablen del evangelio”, esa tiene que ser nuestra prioridad, hablarles del evangelio, que tengan un verdadero arrepentimiento, que conozcan a Dios, y puedan descubrir  el propósito de Dios para su vida, insertando la Escritura en sus corazones y mente usándola para "pensar los pensamientos de Dios" y así, tomar decisiones sabias para su vida.

 [1].- (Mateo 9. 35-38)

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