Cuantas veces estamos cansados, agotados de tantos fallos,
de muchos errores y nos sentimos frustrados en nuestros intento de vivir una
vida cristiana victoriosa, llegando a la conclusión de que somos incapaces y
que no hay manera de llevar a cabo nuestro buen propósito. He descubierto que el
mismo Señor Jesús no trato de vivir una vida cristiana por sí mismo, por sus
fuerzas, sino que dijo: "Por mí mismo no puedo hacer nada." (Juan 5.30).
Una y otra vez, Jesús declaró que
El no hizo nada de sí mismo, sino que vivió por la vida que mora en su Padre en
su lugar. Pablo habla desde las profundidades de su experiencia personal y nos dice: "Ya no
vivo yo, sino Cristo vive en mí" (Gálatas 2.20).
No estamos solos, Cristo vive en nosotros, esta es
nuestra razón para vivir, una vida victoriosa y nuestra esperanza para el futuro.
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