Trabajo como
repartidor y esto me lleva a conocer y tratar con muchas personas, que
desgraciadamente no conocen al Señor, al revés, su vida, su trabajo sus
momentos de expansión, giran alrededor de historia mundanas, (blasfeman,
comentarios de drogas, alcohol, pornografía, están al orden del día. Ni tan
siquiera respetan a las mujeres de sus compañeros). Esto es lo que yo oigo cada
mañana cuando atiendo a estos Sres.
Una vez lo consulte con un pastor y su respuesta fue; deja el trabajo, pero teniendo en cuenta que una cosa es lo secular y otra muy distinta lo espiritual. El trabajo, la manutención de mi familia, los estudios de mi hija, los momentos de ocio, todo eso pertenece al departamento secular, y debe regirse sin remedio por los principios del mundo. La vida espiritual, en cambio, mi relación con Dios, la oración, todo eso pertenece al departamento espiritual y debe regirse por los principios bíblicos. ¿Pero yo como cristiano como debo actuar?
Una vez lo consulte con un pastor y su respuesta fue; deja el trabajo, pero teniendo en cuenta que una cosa es lo secular y otra muy distinta lo espiritual. El trabajo, la manutención de mi familia, los estudios de mi hija, los momentos de ocio, todo eso pertenece al departamento secular, y debe regirse sin remedio por los principios del mundo. La vida espiritual, en cambio, mi relación con Dios, la oración, todo eso pertenece al departamento espiritual y debe regirse por los principios bíblicos. ¿Pero yo como cristiano como debo actuar?
Como cristianos
tenemos que aprender a vivir en un mundo
hostil y tremendamente cambiante. Tenemos que aprender a identificar y aceptar
lo bueno, pero también a separar y desechar lo malo. Y es aquí donde
tenemos que afianzarnos de nuestras raíces y nuestra doctrina.
En la Biblia
en el libro de Daniel se narra la historia de un joven de unos 15 años de edad
que repentinamente fue desarraigado de su tierra y de su familia, y llevado
cautivo a la capital del imperio más poderoso del mundo en aquellos días.
La Babilonia que
Daniel conoció vino a ser en el mundo antiguo el prototipo del secularismo y la
pompa mundana. De hecho, en el libro de Apocalipsis se usa la ciudad Babilonia
como figura del poder secular contrario a Dios y sus caminos. Y allí fue a
parar este joven adolescente junto con tres amigos más, llamados Ananías,
Misael y Azarías
Daniel
vivía en un país cuyo sistema era hostil a su religión y a su fe. Era vigilado
día y noche por sus enemigos, pero sin embargo no podían encontrarle un fallo que
pudiera ser usada contra él. Era honesto y era amado por el rey, a pesar de su
religión y fe diferentes.
El desafío
es, a ser como Daniel, a mantenernos firmes, a no contaminarnos con las cosas
del mundo, a ser íntegros y con un buen
testimonio que llevara a que la gente de nuestro entorno pueda decir lo que
dijo el rey Darío, un rey mundano: “Dios salva y libra, y hace señales y
maravillas en el cielo y en la tierra.
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