Quizás
hallas oído alguna vez decir a alguien ese es un cristiano con testimonio. Pero a que se
refiere, sinceramente creo que un buen testimonio es que a través de mi
vida, de mis acciones, de mis palabras, de mis gestos y miradas la gente pueda
ver a Cristo.
Quiero
contaros algo que me pasó el otro día y me hizo reflexionar y pensar en el
testimonio.
Conduciendo
alguien intento hacer un adelantamiento peligroso y prohibido, poniendo en
peligro mi integridad, y la de otros conductores. Cuando le recriminamos la
acción, nos insulto, levanto el dedo corazón (gesto despreciativo) y encima iba
hablando por el móvil, en unos segundos la cantidad de imprudencias que
cometió. Pero lo que más me indigno fue la pegatina que llevaba atrás del
coche. “Sonríe Jesús te ama”, la respuesta de mi compañero no se hizo esperar,
¿menos mal que es cristiano?
La
verdad es que no sabemos si este hombre era cristiano, o no, pero la realidad
es esa, muchas veces en nuestro andar diario
no somos testimonios ni con nuestra vida, ni con nuestro comportamiento,
acciones, o gestos.
Pero
todo esto no es nada nuevo ya Jesús
criticaba a los fariseos que se ponían versículos en la cabeza y los brazos,
pero que luego no lo cumplían.
El testimonio es una palabra que significa dar una declaración que afirma o asegura una cosa. También representa
una prueba, justificación y comprobación de la certeza o existencia de una
cosa.
El testimonio cristiano como valor es más que una afirmación o declaración,
es el ejemplo de vida que damos a los demás a partir de nuestros principios y
valores cristianos. Es la evidencia real del cambio que Jesucristo ha realizado
en nuestras vidas.
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