Hemos
finalizando un año y, en nuestro "mundo moderno" acostumbramos
utilizar estas fechas para pararnos frente al espejo y hacer un balance de lo
que ha sido los pasados 365 días.
Y
una de las conclusiones más positivas es que estamos seguros de que Dios ha
tratado con nosotros de diversas formas, y en medio de todo ese trato hemos
podido constatar que Dios ha sido bueno. Podemos decir como el profeta Nahúm; “Bueno
es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él
confían”.
Estamos
satisfechos pues sin dudas hemos sentido su presencia cada día, en los que se
ha manifestado de manera admirable en cada acontecimiento de nuestras
vidas.
*
Él ha sido bueno con nuestras familias.
*
El ha sido bueno, en los momentos de escases.
*
Ha sido bueno en los momentos de enfermedad.
*
Ha sido bueno en los momentos de conflictos internos.
*
Él ha sido bueno en medio de nuestras debilidades.
*
El ha sido bueno con nosotros.
Levantemos
nuestra voz delante del Señor y que podamos pronunciar palabras de
agradecimiento por su bondad, por su compasión, por su amor, porque su gracia
ha sobreabundado en todo y en todos, y sobre todo porque:
¡Él
ha sido bueno, muy bueno!
No hay comentarios:
Publicar un comentario