21 febrero 2010

Viviendo con esperanza en tiempo de crisis”

Nos esta tocando vivir un tiempo de crisis, que no sólo afecta a la economía, el hecho de que dicha crisis ha sido motivada por la ambición y el egoísmo sin escrúpulos del hombre, es indicativo de que la raíz más profunda de esta crisis es moral y espiritual.

Seguramente debemos prepararnos para afrontar pérdidas de empleo, recortar gastos echar mano de ahorros, etc.

Junto a los sinsabores de esta crisis, también vivimos otra crisis, esta no es otra que el profundo cambio de valores que vivimos, y esta no nos hace pensar que se avecinan tiempos de estabilidad, de rectitud, más bien, estamos experimentando incertidumbre familiar en diferentes niveles, en el matrimonio, en la educación de los hijos. Espiritualmente nos cuesta mas esfuerzo, asistir a la iglesia, hacer campañas, dar testimonio, y cuando lo iniciamos, siempre surgen problemas que hacen que nuestra fe de tambalee.

Con seguridad lo que hace unos años eran tiempos de bonanza, de crecimiento, de estabilidad, a dado paso a un tiempo de importantes cambios, en lo económico, en lo social, en lo político y en lo espiritual.

Al profeta Ezequiel le tocó vivir un tiempo difícil, un tiempo de crisis auténtica y a muchos niveles.

No fue una crisis personal únicamente, estaba inserto en una crisis mundial y con repercusiones muy severas a nivel nacional. Le había tocado vivir un tiempo de reforma espiritual en Jerusalén, un período de efervescencia espiritual, todo parecía que podría cambiar para bien y que una nueva época amanecía. Pero esa etapa no duraría mucho, el cambio fue más rápido y negativo de lo imaginado. El pueblo de Dios colmó la paciencia de Dios y las consecuencias fueron devastadoras: económicamente se perdió todo, políticamente fueron invadidos, deportados y aniquilados, espiritualmente Israel tocó fondo. Tomando como ejemplo esta historia, nos preguntamos:

¿Cómo atravesar esta crisis?

Con esperanza. El final de la historia lo conocemos, es inmejorable y los tiempos los decide nuestro Dios.

Confiando en el Señor. Él es el Omnipotente, podemos morar bajo sus alas con seguridad y confiadamente.

Fieles a su Palabra. Esta es nuestra constante referencia, nada mejor que vivir conforme a Su voluntad.

Sin temor. Debe preocuparnos más el temor y la gloria de Dios, que el temor a las decisiones de nuestros políticos.

Ezequiel significa: "Aquel que tiene la Fuerza de Dios" o "Aquel que Dios es su fortaleza", podemos tener la certeza de que Dios nos quiere fortalecer como pueblo suyo atravesando esta crisis.

¡Qué maravilloso es tu amor, oh Dios! ¡Bajo tus alas, los hombres buscan protección! (Salmo 36.7)


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