El eslogan ‘Just Do It’ (Solo hazlo) apareció en una campaña
publicitaria en los años 80 de la compañía Nike y se convirtió rápidamente en
una especie de estribillo que siempre acompaña las comunicaciones de la marca y
que fue y es rápidamente reconocido por los consumidores. Como apuntan los
expertos en finanzas, es el eslogan que le ha valido a Nike ganar miles de
millones de dólares. El just Do it se ha convertido en un emblema para la marca
deportiva Nike. Tres palabras que, según
especialistas en márketing y publicidad, es el mejor lema de marca de la
historia. Pero, ¿Qué significa este lema?
Si traducimos el just do it al castellano viene a significar
algo parecido a "solo hazlo". Mensaje directo, sin rodeos... solo
hazlo. No importa el momento, no importa la dificultad, no importa el
resultado, no importa nada, sólo hazlo. Hoy en día es un mensaje muy motivador,
con mucho éxito dentro del mundo del deporte y adaptable a cualquier situación
de la vida.
El hecho es que cada elección que hacemos, cada acción que
decidimos tomar o no tomar, tiene implicaciones más grandes que ni tan siquiera
nosotros podemos imaginar. Las acciones o no acciones de cada día afectan
nuestro propio futuro y también afectarán a quienes nos rodean. Y así, en
nuestra vida cotidiana se requiere una fuerte determinación y una decisión
decidida.
Pero, por supuesto, este famoso slogan tiene una gran
ambigüedad. Hay cosas que vale la pena hacer, incluso por las que vale la pena
dar la vida, y también hay cosas que nunca deberíamos hacer, que son una
pérdida de tiempo o incluso dañinas.
Cada parte de la vida de cada cristiano tiene el potencial
de honrar a Dios. Pablo, en 1 Corintios 10.31, resume cuál debe ser nuestra
motivación con esta fórmula concisa: “Ya sea que coman o beban o hagan
cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. Solo hazlo… ¡todo
para la gloria de Dios!
Con cada cosa que hagas, cada decisión que tomes, cada
palabra que hables, incluso, dice Pablo, cada bocado de comida que tomes, hazlo
todo para la gloria de Dios. Hacer de todo, incluso comer y beber. Esto lo
reduce a los detalles muy básicos, muy personales y muy rutinarios de la vida.
¿Cómo comer, cómo organiza tu sueño, cómo estudia, cómo
trabajar, cómo programa tus mañanas y tardes, cómo conduces, cómo te relaja,
cómo usas Internet, cómo usas tu tiempo libre? Hagas lo que hagas, hazlo todo
para la gloria de Dios. Cada parte de la vida de cada cristiano tiene el
potencial de honrar a Dios.
Para qué hemos venido a este mundo: para glorificar a Dios
con todo lo que tenemos y en todas las cosas que hagamos. Que ese sea siempre
nuestro norte.
Toda la Gloria y Honra para Dios.
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