A menudo nos solemos encontrar con personas, que ante determinadas situaciones, en lugar de darnos aliento, producen en nosotros desaliento. Esto fue lo que le sucedió a Jairo, principal de la sinagoga de Capernaum. Jesús testigo de esta situación, se apresuró a tranquilizar y alentar a este hombre. Mientras los conocidos de Jairo daban por muerta a la hija de Jairo, Jesús le dijo: «No tengas miedo, cree solamente». [1] Mediante un imperativo, Jesús instó a Jairo a seguir creyendo, a pesar de las palabras desalentadoras de sus conocidos. Pero, ¿por qué debemos confiar en Jesús?¿Cómo podemos estar seguros de que Él tiene en mente lo mejor para nosotros, o que está trabajando para nuestro bien?
El consuelo y la seguridad que provienen de pasajes como
Romanos 8.32 que dice: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿Cómo no nos dará también con él generosamente?
¿Todas las cosas? Esta promesa es el estímulo suficiente de Dios para los
cristianos que están siendo perseguidos por su fe, que sufren enfermedades
prolongada o que se sienten solos y abandonados.
La gracia de Dios al dar a Jesucristo para morir en nuestro
lugar y resucitar para nuestra justificación, es toda la prueba que necesitamos
para confiar en Dios incluso en los momentos más difíciles. Jesús mismo es la
prueba definitiva del amor de Dios por nosotros. Y nunca Dios ha mostrado su
sabiduría, poder, amor y compromiso para ayudarnos como lo ha hecho al dar a su
Hijo por todos nosotros.
Si las cosas parecen que nos van bien, y estamos gozosos de
las cosas buenas que nos esperan, ¡Gloria a Dios! Pero debemos recordar que
nuestro gozo y confianza solo viene de Jesús, nuestro Salvador. Ya sea que
nuestros planes se realicen o no, Jesús es el ancla de nuestra esperanza.
Pero quizás tenemos oscuras nubes de tormenta que se ciernen
sobre nosotros, o estamos enfrentando
momentos desafiantes, una pérdida dolorosa o un futuro incierto. Jesús nos
invita a descansar en Él. Aquel que no escatimo ni a su propio Hijo, hará todas
las cosas bien.
¿Quizás no puedes tener la tranquilidad de saber que tus
pecados son perdonados, aunque te has estado arrepintiendo y buscando la
salvación en Jesús? No tengas miedo, solo cree.
¿La salud de su ser querido sigue empeorando, aunque estamos
orando constantemente para que se cure? No tengas miedo, solo cree.
¿Todavía no está casado, aunque ha estado buscando un
cónyuge piadoso? No tengas miedo, solo cree.
¿Tu trabajo sigue siendo difícil e insatisfactorio, aunque
has probado todas las opciones para encontrar otro? No tengas miedo, solo cree.
¿Su hijo continúa en rebeldía o indiferencia hacia las cosas
espirituales, aunque le ha rogado a Dios que intervenga en su corazón y lo
lleve al arrepentimiento y la fe? No tengas miedo, solo cree.
Aquel que no perdonó ni a su propio Hijo, hará todas las
cosas bien. No hay necesidad de temer cuando Jesucristo está con nosotros.
Mientras lee esto, es posible que en este momento esté lleno de esperanza y expectativa... o puede estar lleno de temor y ansiedad por el futuro. De cualquier manera, las sencillas palabras de Jesús a un hombre que sufre dicen mucho. Jesús nos invita a descansar en él, ahora y siempre.
[1].- Marcos 5.36
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