09 diciembre 2022

¿A quién animas tú?

¿Qué crees que significa animar a alguien? Mi pensamiento inmediato fue; decirle algo amable, estar a su lado, trasmitir tranquilidad, comprensión y empatía, ofrecerle ayuda. O tal vez animar a un niño en un partido deportivo. Si bien esas son cosas buenas y que debemos hacer. Pero el estímulo cristiano es diferente y más profundo que esto. Si conocemos a Jesús y lo que Él ha hecho por nosotros, tenemos mucho más contenido con el cual animar a otros. En el libro de 1 Tesalonicenses 5.11, Pablo escribe esto: Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.

Cuando intentamos animar a alguien nuestra reacción inmediata es pensar ser amable con nuestro prójimo, pero Pablo está diciendo mucho más que eso. En el VS-11 comienza con la palabra "por lo cual", lo que significa que continúa con lo que estaba escribiendo antes, y Pablo acababa de escribir sobre la cierta esperanza de futuro que tienen los cristianos gracias a la obra de Jesús. Esto significa que les está diciendo a los cristianos de Tesalónica que su futuro seguro es una fuente de aliento; cuando las cosas son difíciles, pueden animarse unos a otros recordándose la verdad del evangelio.

Debemos de aprender de esto y cuando intentemos animar a alguien en lugar de simples perogrulladas agradables, le estimulemos con un contenido cristiano. Por ejemplo, si alguien está de duelo por una pérdida, algunas personas bien intencionadas dicen cosas como "que lo vamos a hacer, a todos nos llega la hora” o algo así. Sin embargo, si somos cristianos debemos tratar de consolar y animar a un hermano o hermana en duelo, con mucho más que simples frases aprendidas. Podemos hablar del consuelo que tenemos en Jesús. Podemos hablar de nuestra esperanza futura sin más llanto, luto o dolor. En otras palabras, podemos señalar a las personas a Jesús, no solo expresarles empatía.

1 Tesalonicenses 5.12 en adelante continúa dando otros ejemplos de cómo podría ser el estímulo. Podría significar mostrar respeto por los líderes de la iglesia, hablarles activamente sobre cómo su trabajo está edificando a las personas en lugar de las quejas que escuchan con frecuencia. Podría significar esforzarse por tener paciencia y paz en la iglesia en lugar de apresurarse a chismear y criticar. Podría significar alentar a los ociosos al servicio, recordándoles quiénes son gracias a Jesús.

Entonces preguntémonos ¿A quién podemos animar esta semana? Podría ser un simple mensaje de texto para alguien que está enfermo, recordándole que Dios lo ama. Puede ser una llamada telefónica a alguien que lo está pasando mal por la falta de trabajo, recordándole que nosotros estamos ahí para tenderle una mano.

Las posibilidades son infinitas. No dejemos de pasar la oportunidad, Pablo dirigiéndose a los corintios les decía: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación,  el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. [2 Corintios 1.3-4]

Dios no nos consuela para que vivamos una vida cómoda, sino para que seamos un consuelo para otros.


 

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