Esta semana salto la noticia, tras más de dos años
esperando, Päivi Räsänen, exministra del Interior de Finlandia, médica titulada
y esposa de un pastor luterano, tendrá que declarar ante un tribunal el próximo
24 de enero por la acusación de delito de odio contra los homosexuales por
haber defendido públicamente la enseñanza de la Biblia sobre la homosexualidad.
El 17 de junio, Päivi Räsänen publicó una foto con el texto de Romanos 1.24–27
que describe las relaciones entre personas del mismo sexo como «vergonzosas». Al
margen de que el caso se convierte “en un juicio a las libertades de conciencia
y de expresión, surgen las mismas situaciones de siempre.
Si los homosexuales expresan su “asco” por lo religioso,
están ejerciendo su derecho de libre expresión. Si un cristiano cuestiona,
desde la ciencia o la razón, o desde la Biblia, la homosexualidad es un homófono
intolerante.
A los cristianos se nos acusan de intolerantes, pero sin
embargo no es así, personalmente no es estoy de acuerdo con todos aquellos que dicen
que la tolerancia religiosa abriga la filosofía del relativismo, es decir,
declara que la verdad no tiene una fuente única y que no siempre se puede
definir, sino es flexible y puede representar ideas completamente opuestas. No
obstante, la verdad bíblica no sostiene tal concepto o flexibilidad.
Al elevar una oración al Padre a favor de sus discípulos,
Jesús dio a conocer la fuente de la verdad. Él dijo: “Santifícalos en tu
verdad; tu palabra es verdad” (Juan 17.17, énfasis añadido). La santificación
de los cristianos no consiste en la aceptación de ideologías humanas, sino en
el afianzamiento de la Palabra de Dios, la cual es la fuente de la verdad
absoluta.
La casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente,
columna y baluarte de la verdad. 1Timoteo 3.15 no debe ceder al chantaje que
desde el mundo pagano nos quieren imponer. Debemos continuar siendo sal y luz y
no podremos serlo si guardamos silencio ante las amenazas de aquellos a quienes
somos llamados a iluminar.
Venzamos el temor a ser criticados recordando las palabras
de Santiago: ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de
Dios. Santiago 4.4
Termino diciendo que cabría preguntarse si cuando Cristo,
nuestro Señor venga a por su iglesia, si viene en esta generación, ¿Nos hallará
preparados para dar una respuesta positiva a su pregunta?: Cuando venga el Hijo
del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Lucas 18.8
Y si no es en esta generación que viene, al menos ¿Habremos
colaborado a mantener la llama encendida una generación más? Dios quiera que
así sea.
Que Dios nos bendiga, que, como suelo decir, falta nos hace.
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