Salomón en esta parte de las Sagradas Escrituras [1] enfrenta
dos conceptos opuestos entre sí. Una persona puede confiar en el Señor con todo
su corazón o apoyarse en su propio entendimiento. Es uno u otro, los dos no
puede ser. Pero a pesar de la simplicidad de esta estructura, hay una gran
verdad detrás de ella. En realidad hay una guerra masiva en el mundo. Hay una
guerra entre ángeles y demonios, verdad y mentira, Satanás y la iglesia. O
dicho de otra manera en nuestra mente se libra una guerra. ¿Debemos actuar según
nuestros propios deseos o según el patrón de Dios para el mundo? ¿Debemos hacer
lo que queremos hacer o hacer lo que el Señor los llama a hacer?
Si bien, en algún momento debemos tomar partido. Este es el
llamado de Salomón en este proverbio. Él nos está suplicando que elijamos un
bando: ¿vamos a caer presa de los planes del diablo y vivir como queremos
vivir, o vamos a aplastar nuestros propios deseos y vivir en sumisión a la
palabra de Dios?
El punto general de Salomón es que no se puede ser ambas
personas. No puedes vivir de tal manera que estés bien ante tus propios ojos,
que hagas lo que quieras hacer y vivas como quieras vivir, y al mismo tiempo
confíes en el Señor con todo tu corazón.
Pienso que si tomaste la decisión de seguir a Cristo, no
estas apoyándote en tu propio entendimiento. A tomar esa decisión te propusiste
en tu corazón vivir para Dios en lugar de vivir para ti mismo. Te distes cuenta
que Dios recompensa a los que lo buscan, y que tu vida será mejor, durará más y
será más fructífera si vives para Jesús por encima de tus propios deseos [2] Si
vives una vida destinada a agradar a Dios, no solo los demás te respetarán más,
sino que te convertirás en el tipo de persona en la que el Señor pone su favor [3]
Cuanta más integridad muestres en tu vida, más terminarás influyendo en los
demás. Si decides vivir buscando el favor de Dios en lugar del favor del hombre,
en el proceso probablemente descubrirá que crecerá en ambos.
En esta situación en la que quizás te preguntes, ¿Qué es lo
que el Señor querría que yo hiciera? Hay una cosa que debemos hacer, y es
no preguntarnos a nosotros mismos, sino pregúntale al Señor. Estar en oración
mientras estamos estableciendo nuestros caminos. Salomón nos pide que nos
aseguremos de que cada camino que tomemos, cada elección de carrera, cada
hábito que desarrollemos, lo que sea, esté dirigido por Dios y sea para la
gloria del Señor.
Finalmente, si has tomado la decisión de confiar en el Señor
de todo corazón busca crecer en tu conocimiento de la Biblia. [4] Esto
contrasta con la persona que se apoya en su propio entendimiento. No necesita
que la Biblia lo dirija, porque piensa que tiene la vida resuelta. Esa persona no
es muy inteligente. Por el contrario, la persona que teme al Señor realmente
estudia la palabra de Dios, y no lo hace para aprender conocimientos
intelectuales, sino para aprender real y legítimamente cómo vivir una vida
dependiente del Señor.
Entonces, si queremos ser esas personas que no se apoya en
su propio entendimiento, sino que construye sus caminos alrededor del Señor,
entonces propongamos en nuestro corazón desear la aprobación de Dios sobre la nuestra,
y luego sometamos nuestras decisiones diarias a la voluntad revelada del Señor,
y finalmente dediquemos tiempo a crecer en su conocimiento de la Palabra de
Dios.
[1].- Proverbios 3.5
[2].- Proverbios 3.2
[3].- Proverbios 3.4
[4].- Proverbios 3.3
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